Casi una gran noche, pero...

Dicho lo cual, me retracto del párrafo y proclamo que es indiscutible que el gran acontecimiento cinematográfico durante el pasado año en España (y más allá) ha sido que Víctor Erice estrenó una película. Víctor Erice, que, en puridad, sólo ha hecho tres y la anterior hace cuarenta años, el director de 'El espíritu de la colmena' y 'El sur', le pone probablemente el sello a su breve y gigantesca obra con 'Cerrar los ojos', una película empapada de sensibilidad, de testamento, de confesiones, de cine y de eternidad… Sin desmerecer a las otras candidatas, 'Cerrar los ojos' es la única de ellas 'condenada a perpetuidad', como su propio director.

Todos los premios llegaron a su sitio, naturalmente, pero hubo algunos con los que este artículo se encontró más cómodo, más rimado en consonancia y más agradecido a los académicos. Que abrieran los ojos a la sutileza de José Coronado en 'Cerrar los ojos' (lástima que los cerraran a Manolo Solo y al hercúleo trabajo de Brianeitor en 'Campeonex', arrollado por el alud de 'La sociedad de la nieve'). Qué gran acierto premiar a 'Robot dreams' por animada, aunque es una película que se merecía haber estado en la máxima candidatura. Que se haya tenido la sensibilidad de premiar como mejor documental a la conmovedora 'Mientras seas tú', de Claudia Pinto, sobre una enorme actriz, Carme Elías. Y sensibilidad máxima al premiar como mejor cortometraje el documental 'Ava', de Mabel Lozano.

Fue un buen premio el de mejor directora novel y guion a Estíbaliz Urresola por '20.000 especies de abejas', y una pequeña decepción por Juan Sebastián Vázquez y Alejandro Rojas por su impresionante y prometedor estreno en la dirección con 'La llegada' ('Upon entry').