Albert Serra mete al Festival de Cine de San Sebastián en una plaza de toros: «En 'Tardes de soledad' hay fascinación por el valor y el compromiso de Roca Rey»

«En aspectos como el compromiso y el valor de Roca Rey sí que hay una fascinación en 'Tardes de soledad'. ¿Eso es romantizarlo?», señaló Albert Serra en rueda de prensa ante los medios acreditados. Serra ha traído al principal certamen de España una corrida de toros filmada como nunca. En realidad, catorce corridas rodadas durante casi tres años y condensadas en los cinco toros a los que se enfrenta el peruano en la pantalla gigante. Planos cortísimos a la mole de carne, a la arena, a los detalles de las manoletinas, las medias rosas... Los morros de Andrés Roca Rey entre los pitones del astado se suceden. Se convierte ante la cámara de Albert Serra en un protagonista clásico del séptimo arte, casi como un actor encarnando la figura del héroe que se enfrenta al destino final. No escatima ningún detalle de lo que sucede en el ruedo. El valor del hombre y la sangre del animal. La muerte, al fin, mientras más de 23.000 personas en Madrid gritan «¡torero!«» al peruano y al morlaco le dan la puntilla al fondo, donde nadie de esa plaza mira y a donde Serra apunta su cámara con zoom.

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«Has acabado con el 7 y has callado Madrid». «¡Ole tus huevos, qué huevos tienes! ¡Cumbre, has estado cumbre!». El coro de la cuadrilla de Roca Rey no se apaga en todas las 'Tardes de soledad' del maestro frente a la muerte. «Qué pena que no cayera el primero», lamenta él, el único crítico de todos los que le rodean. Al menos, en su presencia.

Había mucha expectación por ver qué había hecho Albert Serra con su documental taurino, si era crítico, si se mostraba a favor... Pero el provocador director ha transmutado en mero observador. O en el mejor de los toreros dando capotazos: el debate no le interesa, solo muestra lo que sucede en la plaza y en la cabeza del torero antes de pisar la arena. Así su cámara encuentra la que considera la esencia del toreo: la vida y la muerte. No se ven pases espectaculares (para ver los mejores momentos de una corrida pongan Tendido Cero), solo la figura de un torero que se enfrenta a lo que muchas veces no parece ni un toro, solo un lomo negro cubierto de sangre que embiste cuando el hombre lo llama. Lo atávico de los toros está ahí. Molestará, quizá, a ambos lados, al taurino porque no verá a la primera figura del toreo como esperan y a los antitaurinos porque no se posiciona claramente en contra. O, quizá, encantará a ambos: al taurino porque si quiere puede encontrar al maestro como nunca lo ha visto y al antitaurino porque refuerza su idea de que el animal sufre cada segundo hasta encontrar la muerte bajo el hierro.

«Hace un retrato honesto y rico para que cualquier persona se pueda acercar, esa es la intención. El tema es circunstancial», señaló Albert Serra. «No hay que darle más vueltas. El que quiera acercarse sabiendo que es una película mía encontrará elementos difíciles de encontrar en otros sitios y una película muy comprometida con el lenguaje del cine», incide. Y celebra el sonido, parte fundamental de la película. Por primera vez, además de a la cuadrilla, se escucha la respiración del toro, el roce de su cuerpo contra el traje de luces, los compañeros dando instrucciones, las inseguridades entre susurros en el burladero, los motivos por los que han cogido a un sobrero o a otro... Material imprescindible para el taurino.

Y, pese a todo «ese acceso brutal» que los productores agradecen a Roca Rey, Albert Serra sigue sin comprender al peruano. «No sabemos qué personalidad tiene. Está lleno de misterio», asegura el catalán, que presume de haber rodado una película única para la historia. «He eludido lo folclórico, al público... Eso se ve siempre, no interesaba a la película; sí la soledad del torero y la soledad de la cuadrilla. Eso conceptualmente era más interesante».

Albert Serra contó que llegó a Andrés Roca Rey gracias al entorno de Pablo Aguado. Al principio, el cineasta quería hacer una película poniendo en paralelo las 'Tardes de soledad' de dos toreros. Fue el sevillano al primero que contactaron y que les dijo que sí. Y su entorno les recomendó a Roca Rey, máxima figura. El aire misterioso del peruano y su atractivo ante la cámara terminó por convertirlo en protagonista único. Serrá utilizará el material de Aguado para «completar» el proyecto, seguramente un cortometraje en el que están trabajando. Y ante la pregunta de si Roca Rey ya ha visto 'Tardes de soledad', evasivas. «Andrés la vio, pero un poco, no era el montaje definitivo. La verán más tarde». Tampoco parece claro que lo que se ha visto en San Sebastián sea lo que finalmente llegue a las salas de cine dentro de unos meses.

¿Le gustará a Roca Rey? «Es un retrato externo. Es como si le encargas un retrato a [Lucian] Freud, pues sales como él quiera. En mi caso -dice Serra- cogí lo que me ofreció la realidad y a partir de ahí y a ese acceso tan abierto que nos dieron hicimos este trabajo, que no deja de ser un punto de vista de un artista ajeno a esta realidad».

Podemos y Pacma han convocado una manifestación esta tarde pidiendo la retirada del documental y acusando al Festival de «blanquear» la Tauromaquia. Todo, claro, sin ver el trabajo de Serra. Coincide con lo que ocurrió en 2023, cuando se pidió al certamen que retirara una entrevista que Jordi Évole hizo al terrorista Josu Ternera. En ambos casos, antes de la proyección. «Es ridículo enfocar [las críticas] en las obras de artes solo porque tocan según qué temas. Hay gente mala retratada en los museos, ¿qué pedimos, que quiten esas obras de arte? La obra de arte está para ser testigo de sí misma, no de otra cosa. No le veo la relevancia [a las manifestaciones]».