Cartelera cine
«Los vigilantes de la playa»: Ahogarse es la mejor opción
La nueva versión de la serie de los noventa vuelve plagada de chistes de mal gusto
Cuando un bañador era tan importante en una narración que el contenido quedaba relegado a un segundo plano, poco o nada había que decir más que alabar al cuerpo que mecía la tela. Icónico era el traje de baño rojo que Pamela Anderson lucía en la televisiva serie de los noventa. Verla correr a cámara lenta por las playas de California con su melena rubia perpetuó su imagen en la memoria de la audiencia. Igual que David Hasselhoff , a quien tan pronto veíamos resolver crímenes con su vehículo parlanchín en « El Coche Fantástico » como con el pito en la boca salvando vidas en las playas de Malibú.
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De aquellas arenas surge ahora la película dirigida por Seth Gordon , que se convierte en lodo en la comparación con la original. La cinta es una borrachera de ideas, una amalgama de glúteos y pectorales de gimnasio donde las bromas van por un lado, los criminales por otro, y la línea de trajes de baño diseñada para la película va directa a las rebajas.
Aquí nadie corre como Pamela o David. Sin la sensualidad de la rubia californiana, ¿dónde queda el frenesí de querer ahogarse frente a estos cuerpos imponentes?
Dwayne Johnson, « The Rock », es el sustituto de Hasselhoff interpretando al protagonista salvavidas Mitch Buchannon . Zac Efron, que no termina de quitarse la etiqueta de adolescente, es Matt Brody, un nadador profesional tan aficionado a la bebida que le llaman «El cometa vómito», y por supuesto vomita en pantalla a diestro y siniestro . Jon Bass es Ronnie, con una escena de un pene atrapado en una silla que dura cinco minutos y no es digna de verse en cines... Ni en ninguna pantalla.
Las tres chicas son Alexandra Daddario , Kelly Rohrbach y Ilfenesh Hadera , a quienes el director les tiene reservado la única heroicidad de aparecer en los sueños masculinos. Ser objetos de deseo y ser malas, ya que a Priyanka Chopra le reserva el papel de villana. Y hasta aquí.
«Los vigilantes de la playa» siempre fue para mirones, para ver con estilo el músculo que enfoca la cámara. Pero aquí nadie corre como Pamela o David porque aquí nadie acierta con el ritmo del director. Sin la sensualidad de la rubia californiana, y sin California, ¿dónde queda el frenesí de querer ahogarse frente a estos salvavidas de cuerpos imponentes?
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