«Verano 1993», la octava mejor película de 2018 en EE.UU. para la prensa especializada

«Aniquilación» es la número uno para los periodistas de «Entertainment Weekly»

Escena «Verano 1993»

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08/06/2018 a las 11:12h.

En España ya descubrimos hace meses la magia que exuda « Verano 1993 », y ahora los medios estadounidenses se han quedado fascinados con la ópera prima de Carla Simón . «Entertainment Weekly» ha seleccionado la película catalana como una de las diez mejores de todo lo que se ha estrenado este 2018 en Estados Unidos.

Leah Greenblatt y Chris Nashawaty, los responsables del lista, han definido «Verano 1993» así: «Un niña pequeña (la remarcable Laia Artigas) pierde a su madre a causa del sida y es enviada a vivir con su tía. Un exquisito drama autobiográfico que captura la verdad de la infancia con una intensidad onírica, que se siente como una pequeña muerte a la que dejar escapar».

Así queda la lista del EW:

1. «Aniquilación» (Alex Garland)

2. «Black Panther» (Ryan Coogler)

3. «El amante doble» (François Ozon)

4. «Hereditary» (Ari Aster)

5. «Lean On Pete» (Andrew Haigh)

6. «Paddington 2» (Paul King)

7. «RBG» (Julie Cohen, Betsy West)

8. «Verano 1993» (Carla Simón)

9. «Tully» (Jason Reitman, 2018)

10. «Won't You Be My Neighbor?» (Morgan Neville)

Recuperamos la crítica de Verano 1993, de Oti R. Marchante:

Una película incómoda, porque te lleva de visita a un lugar terrible , la perplejidad mezclada con doloroso vacío de una niña de seis años que acaba de perder a su madre y su incapacidad para irse «reinventando» con su nueva familia, antes sus tíos. Pero la incomodidad está magistralmente mullida por la delicada observación y el sutil plumaje de la mirada de la directora, Carla Simón, que en su primera película desborda precisión y emoción (y confesión, pues nos trata la historia de sí misma).

Más que una crónica de los días, la película recorre los sentimientos anudados de soledad, rebeldía, confusión y negación de una niña despojada brutalmente del manto materno y con la intuición de que lo ha perdido para siempre, entre adultos tan confusos y asustados como ella. La pequeña actriz Laia Artigas (es imposible no pensar en aquella Ana Torrent) despoja a su vez de fácil sentimentalismo al drama con su capacidad expresiva y subversiva, y con un manejo casi milagroso de la contradicción, de la sugerencia, la intriga interior, la inocencia y el apunte de crueldad, pidiéndole al espectador tanto una caricia como el rechazo . No hay más punto de vista que el de Frida, la niña, y Carla Simón nos lo muestra con naturalidad, frescura, conmoción y un poético sentido visual.