«El silencio del pantano»: Lo que oculta el subsuelo valenciano

Pedro Alonso se quita la máscara de Dalí (y Berlín) para protagonizar «El silencio del pantano», una película inspirada en la novela homónima de Juanjo Braulio. Ambientada en Valencia, la ópera prima de Marc Vigil se traslada a un momento en el que se recogen los platos rotos de esa gran fiesta de la corrupción. En la historia aparecen unos personajes de dudosa moral que podrían ser de cualquier otra ciudad de España, «o del mundo». «Es un retrato del poder actual , del que se ejerce desde muchos sitios», explica el cineasta, que ha trabajado en grandes series patrias como «Malaka» o «Vivir sin permiso» antes de dar el salto a la gran pantalla.

Como cualquier thriller que se preste, cuenta con un narrador dominante, «Q», un periodista reconvertido en escritor de novela negra. En dos de sus libros publicados, ambientados en su Valencia natal, narra sangrientos asesinatos utilizando como telón de fondo la corrupción política y del alma humana. Envuelto en la escritura de su tercer libro, planteará a aquel que se acerque a la sala la pregunta de cuánta ficción hay en esos relatos . «Es el personaje más dañado en el que yo he trabajo, y mira que he hecho personajes perturbados o moralmente indefendibles. Pero «Q» es muy disociado, es un agujero negro de energía. Todo lo que le echaba se lo comía», relata Pedro Alonso a este periódico.

La trama arranca con la desaparición de un exconseller de la Generalitat, un corrupto encargado de lavar el dinero del tráfico de drogas de la ciudad. Pero la existencia de «Q» y su deseo de justicia provocado por el odio que siente hacia los que le rodean toman importancia a medida que avanza el metraje. «Parte de la película es que te quedas dándole vueltas a lo que has visto, que completes tú la historia. Es un filme que juega mucho con la forma del relato», confiesa el director, Marc Vigil.

La película «El silencio del pantano» vuelve a poner a un antihéroe al frente de la historia. «El cambio más importante en la ficción de los últimos diez años es que los héroes ahora mismo son los antihéroes , porque vivimos en un mundo sin referencias, donde lo que es bueno y malo ha saltado por los aires y probablemente es un retrato del momento en el que estamos», añade el actor, que acaba de regresar del Amazonas, donde ha terminado de escribir el que será su primer libro, una parábola del destino que le hace, si cabe, guardar un vínculo más fuerte con su personaje en este filme.