'La consagración de la primavera' redondea la selección española a concurso

Fernando Franco es un director temible, que abruma de pesadumbres su cine ('La herida' era un sinvivir y la siguiente y anterior a esta, 'Morir', era una encerrona amarga y sin consuelo) y que aquí, aunque muy retorcido, se preocupa más de mantenerle la butaca caliente al espectador. Es una película llena de intrigas íntima s y con dos personajes mayúsculos, una joven que viene a estudiar Químicas a Madrid y, casualmente, conoce a un joven con parálisis cerebral, y empieza con él una relación especial, con el aliento y consentimiento de la madre, donde lo sexual tiene su parte de mercadeo y su parte de experimento casi químico.

Y lo milagroso es precisamente eso, la química entre esos dos seres, lo que hay de misterio y curiosidad en ella, lo que hay de pragmatismo y sentimiento en él, y la cantidad de interés que vuelcan en sus personajes los dos actores, Valeria Sorolla y Telmo Irureta… También Emma Suárez, la madre, compone con apenas nada otro personaje que podría protagonizar otra película. Pero es en ella, Valeria Sorolla, en la que la cámara de Fernando Franco indaga y descubre mediante detalles sutiles la complejidad y lo ensortijado de su personaje casi adolescente en ese punto de choque contra la madurez.

Es una obra muy rica en matices , con un personaje femenino que hay que descifrar con alguna fórmula de álgebra, con ese punto de amargor y desgarro propio del cine este director, aunque con destellos de luz (en cierto modo, un clima emocional parecido a 'Los girasoles' de Jaime Rosales), y con la notable y premiable interpretación de sus sorprendentes protagonistas.

También en la competencia por la Concha se programaron la colombiana 'Los reyes del mundo', de Laura Mora, y la portuguesa 'Great Yarmouth' , de Marco Martins, ambas con enorme carga social pero con gran diferencia de atmósfera y estética. La colombiana se fija en unos cuantos chavales desheredados de las calles de Medellín y su descalabrado y metafórico viaje al encuentro de 'su reino', un terrenito abandonado en la selva que uno de ellos recibe como herencia de su abuela y con problemas legales que ha de resolver. Paisajes, delirios, desventuras tensiones y constantes alegorías que derriten lo que quiere contar, que viene a ser la resolución y la dignidad para luchar por lo suyo.

'Great Yarmouth' es un lugar en Norfolk a donde van en masa trabajadores portugueses a plantas avícolas donde desmenuzan pavos, lo que le permite al director revolverte el estómago con imágenes tremendas de ese proceso (¡con lo virginal que resulta ese paquete del súper con higiénicas láminas de pechuga de pavo!). Hay un personaje central, inquietante, una mujer portuguesa casada con un hotelero inglés, que ayuda, maneja y manipula a los inmigrantes portugueses que llegan ahí. Película oscura en todos los sentidos , de consumo frío, que expone con crudeza las condiciones laborales y que se retuerce en un argumento de pasiones sin pasión. No contiene grandes cosas para consumir de ella, y mucho menos pavo o cualquier variedad de volátil.