Guy Ritchie, un disparo contra la corrección de los nuevos tiempos de Hollywood

El actor, de 50 años, terminó su año como profesor de la Universidad de Texas, donde estuvo enseñando producción cinematográfica, y se marchó directamente al rodaje de Ritchie. «Nunca había vivido nada igual. Estamos ante una historia de la mafia con profundidad y humor. Creo que Ritchie ha conseguido una identidad real dentro de este tipo de narración que va creándose según se va rodando», admite McConaughey , que en el filme da vida a un expatriado americano viviendo en Londres.

Su personaje se ve rodeado de un equipo de «all stars» británico:Hugh Grant, Colin Farrell, Henry Golding y Charlie Hunnam, que repite con Guy Ritchie tras su experiencia como rey Arturo . Con la adrenalina a flor de piel, Ritchie centra su historia en Mickey, (McConaughey) un tipo que ha hecho un imperio vendiendo marihuana en Londres y que tiene un batallón de enemigos en su territorio. «Es una cinta cargada de acción. Es lo que Richie hace mejor: suspense, comedia y acción. Y si, además, vistes a los personajes con estilo, tienes una película con su sello. Creo que Ritchie es un gran realizador porque mantiene la sorpresa del público», explicó Matthew McConaughey a ABC borrando su acento texano de la última frase y cambiándolo por un leve deje británico.

Por su parte, Guy Ritchie asume la idea de la masculinidad como una entidad capaz de convertirse en género cinematográfico. Con sus dos primeros éxitos, los antes mencionados, supo dar un giro completo a las películas de la mafia. «Es un mundo que me interesa», explica el realizador.

Su reputación se alimenta de un gusto entre la comedia negra y la violencia de barrio. Y regresa a su zona de seguridad tras las debacles de «Rey Arturo: La leyenda de Excalibur» y la cinta de animación « Aladdin » para reforzar su universo cinematográfico que rebosa masculinidad, lealtad y amistad. «Me gusta trabajar con gente con la que comparto una visión similar del mundo masculino. El cine me parece un buen vehículo para crear historias cargadas de músculo», sentencia con un disparo directo a la corrección de los nuevos tiempos.

En su afán por unir mundos disfruta mostrando la sofisticación de las clases altas en las calles más peligrosas de la capital londinense. « Creo que todo el mundo puede identificarse con los héroes de mis películas porque son hombres que han perdido toda confianza en sí mismos. Cuando tu fuente de poder es externa y no interna, pierdes el rumbo. Es la metáfora de la lucha interna, de superar los miedos, de pelear contra los propios demonios. Hoy en día, nos dejamos llevar por lo que otros asocian a nuestro nombre sin pensar realmente quienes somos. Esta es una comedia donde los actores entendieron la broma. Fue un honor contar con Hugh Grant, un actor que es mejor de lo que él cree que es. Hugh es muy inteligente y dota a sus personajes de una sofisticación difícil de encontrar. A mí me gusta verle en pantalla y poder rodar con él ha sido un honor», terminó Ritchie.