Festival de Cine de Málaga
Raúl Arévalo: «Sé que vienen vacas flacas, no me voy a quejar»
El actor presenta, junto a Esteban Crespo y Candela Peña, «Black beach», un thriller sobre grandes corporaciones y corrupciones políticas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCarlos, un alto ejecutivo a punto de convertirse en socio de una gran empresa, recibe el encargo de mediar en el secuestro del ingeniero de una petrolera americana en África. El incidente está poniendo en peligro la firma de un contrato millonario. Este es el ... pretexto con el comienza «Black Beach» , la última película de Esteban Crespo presentada hoy en el Festival de Cine de Málaga . Ese alto ejecutivo tiene la cara y la voz de Raúl Arévalo, un actor que sigue saltando de la comedia al drama, aunque parece que se queda en este último. Este domingo ha defendido este thriller sobre grandes corporaciones y corrupciones políticas. El viernes que viene hará lo propio con «Los europeos», una de aventuras y desventuras de dos treintañeros que viajan a Ibiza atraídos por el mito sexual de las turistas europeas y la ilusión de la libertad. Las dos películas llegarán a las salas de cine en septiembre.
Tanto él como Candela Peña , el otro gran nombre de la película (con permiso de Paulina García), aseguran que «Black Beach» se ha convertido en una «película de anécdotas». «Tenemos tantas que necesitaríamos otra rueda de prensa para contarlas», augura la catalana, que también acudió al festival para presentar «La boda de Rosa» . Tras ser preguntado por cómo se sintieron rodando en África, Arévalo dejó claro que, para él, Ghana es un país de los más seguros del continente vecino. «Te sientes muy cuidado. Todo lo que vivimos son anécdotas de pijos, como lo de subirnos a un cayuco donde estaba el agua sucia. A mi no me da pudor decir que impresionaba, pero era impresión de pijo», explica. «Es que estábamos en un río donde el agua estaba turbia y veías como el de al lado lo mismo hace caca, que se lava. Por no hablar de las montañas de plástico...», apunta Peña.
«No hay que confundir la miseria con la peligrosidad», añade el también actor Emilio Buale. «La idea que tenemos muchas veces son prejuiciosas. Quizá esos territorios son violentos solo por la miseria que hay, pero eso no impide que se hagan proyectos como este. Hemos tenido una sensación de seguridad como en cualquier lugar de España».
Localizaciones ajustadas
«Black Beach» ha conseguido que Madrid, Toledo y Canarias luzcan como un rincón africano más. «Pero había escenas, sobre todo los planos más generales, que queríamos y necesitábamos que se viera y que oliera a África», confiesa el director Esteban Crespo. Todo para desarrollar una película «que te divierta y te haga sentir cosas. El objetivo final es una pequeña reflexión, pero dentro del disfrute. Es un melodrama con una carcasa de thriller de acción», añade.
Para Arévalo fue «muy fácil decir "sí" al proyecto». «Conocía a Esteban de festivales en los que había coincidido con él, había visto sus cortos y cuando me propuso hacer este largo ya iba predispuesto al sí. Además, me dijo que el otro personaje era el de Candela Peña y leí el guion muy fácil», explica. A Candela le «atrapa» la jefa de casting. «Pero cuando a mí me enseñan el guion, mi personaje era un hombre», comenta. Entre el reparto, también aparece un nombre conocido para el madrileño: su pareja Melina Matthews . «Tanto Candela, como Paulina y Melina han sido un gran apoyo durante el rodaje», apunta.
Ambos, junto al resto del reparto y gran parte del equipo de producción, pudieron viajar unos días antes. «África engancha. Hay algo en ese lugar que hace que te quedes solo con lo positivo. Iba con el miedo al calor, pero al final es el mismo que puede hacer en cualquier pueblo de aquí», dice Arévalo entre risas.
La película de Esteban Crespo, que ha contado con 7 millones de euros de presupuesto, llegará a las salas de cine el próximo 25 de septiembre , pero ya está vendida a Netflix «para todo el mundo excepto algunos territorios muy contados y llegará a la plataforma a principios de enero», explica el productor David Naranjo.
Un sueño presente
Han pasado cuatro años de «Tarde para la ira», la ópera prima de Raúl Arévalo como director. Sin embargo, el madrileño parece haber dejado apartado esta faceta, al menos de momento. «¿Para qué la voy a cagar? (ríe) Siempre sueño con dirigir, pero teniendo la suerte de trabajar como actor y sabiendo que vienen vacas flacas... no me voy a quejar. Aun así, sigo escribiendo y soñando».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete