Los productores independientes, ante su «colapso»: «No queremos estar al otro lado del puente cuando se derrumbe»

Cuarenta empresas de televisión y cine de España que concentran el 52% de la taquilla en cines, el 76% de series que se emiten y el 85% de horas de programas de televisión en antena. En total, facturan más de 2.000 millones de euros anuales y dan empleo a más de 20.000 profesionales del sector. Hace no muchos años, los socios de Pate, entre otros productores, eran los que dominaban el sector en un equitativo reparto de poder de negociación con las cadenas de televisión; pero la llegada de las plataformas, un tiburón mayor, se comió al resto de peces que nadaban en la piscina del audiovisual español.

Así se puso de manifiesto en el encuentro celebrado el miércoles en Casa América, titulado 'Producción independiente, motor de crecimiento', donde se señaló que la dualidad de los productores independientes, la de creador y empresario, puede estar en peligro si acaban reducidos a meros intermediarios o simplemente una empresa de «servicio» que contratan las plataformas.

«Nada de lo que estamos haciendo tiene futuro, pero sirve para construirlo y para no quedarnos en el lado del puente que se va a derrumbar», dijo el presidente de Pate, que define al productor con una mezcla de características que van desde la valentía, la creatividad, la adaptación a un mundo cambiante y que completó con «quedarse con una parte de los derechos de lo que haces». «La manera americana de entender el pago a productores, es decir, el entendimiento de que la creación pasa a manos de quien pone el dinero... es una falacia. Esa idea les da el control total sobre el producto quedándose los derechos mundiales de por vida y la propiedad intelectual que les permite ser dueños de secuelas y demás sin ninguna obligación con el productor creador», señaló José Manuel Lorenzo.

«No quiero ser Lutero en contra del status actual, sino proponer ideas» , dijo Lorenzo, que desde una posición «de consenso» hacia las plataformas y cadenas espera que «la transposición de la directiva 2019/790 sobre derechos de autor ponga alguna limitación a este desajuste y permita una mejor redistribución de la riqueza para que entre todos generamos, permitiendo al productor recuperar parte de los derechos sobre las producciones. Solo pedimos encontrar un punto de equilibrio que permita seguir fortaleciendo el sector de la producción en español. Buscamos una relación entre operadoras y productores independientes y creadores más equitativa y transparente».

Dentro de Europa también cabe mencionar las diferencias regulatorias entre España y países como Francia e Italia, que suelen tener una protección mayor hacia sus productores audiovisuales, lo que las hace más fuertes en un entorno global. José Manuel Lorenzo se preguntó por qué a las empresas productoras españolas, tan valoradas internacionalmente, les cuesta tanto crecer en otros mercados. Y en esa línea abogó para que las ayudas directas o indirectas vayan a los productores independientes con el fin de garantizar «la independencia empresarial y la propiedad intelectual, el principal activo y, por supuesto, la reversión de los derechos, que permitiría garantizar la mejora de la explotación de los contenidos y la independencia económica».

Además animó a que los legisladores y políticos establezcan unas reglas del juego para proteger a una industria cultural como esta, poniendo en marcha una ley de propiedad intelectual que reconozca al productor independiente como propietario de los contenidos que cree , una legislación fiscal que ayude a desarrollar las empresas con un cierto equilibrio con las grandes multinacionales, y una ley de Cine que haga que el séptimo arte sea un espacio cultural con vida propia y sea rentable.