Penélope Cruz, Antonio Banderas y Óscar Martínez junto al cinema y paraíso comunista de Zhang Yimou

Hay tres personajes claves, un convicto que se escapa de uno de esos campos de 'reeducación', una chica huérfana acosada y un proyeccionista que va de pueblo en pueblo ofreciendo las películas y los noticiarios que el régimen producía con fervor patriótico y que el público celebraba entre vítores y cánticos. El segundo al que alude el título es el tiempo que sale la hija del convicto en uno de aquellos Nodos, y que él quiere ver porque ha perdido todo contacto con su vida anterior… Naturalmente, hay un reproche en la mirada de Zhang Yimou al paraíso y un elogio al cine aunque fuera tan malo y dañino como aquel, pero ambos modos de mirar están suavizados por un tono amable y sentimental, en momentos chapliniano, en las relaciones del convicto y la niña huérfana.

La película contiene tres o cuatro ideas tan afinadas como hermosas, como establecer un vínculo entre el celuloide y la iluminación (con colas de celuloide se quiere hacer la lámpara para que el niño pueda estudiar y cultivarse), o ese segundo eterno de memoria visual que pretende conservar el convicto de su hija. También las ideas de desierto y revolución, o de solidaridad y delación, tan unidas en esta pequeña historia que deja entreverse como grande.

Pero el primer día de Festival ofrecía un insignificante juego de palabras: 'Un segundo' era la primera película de la competencia oficial, y 'Competencia oficial' era la primera película de la Sección Perlas. Ja. Recién llegada del Festival de Venecia, 'Competencia oficial' adquiría aquí un interés mayúsculo por sus intérpretes, Penélope Cruz , Antonio Bandera s y el gran actor argentino Oscar Martínez . La han dirigido Gastón Duprat y Mariano Cohn , a los que recordarán por aquella de 'El ciudadano ilustre', y vienen a contar aquí esos pulsos entre actores y directores cuando preparan textos y personajes antes de ponerse a rodar una película. Y en eso consiste la trama, en ensayos de escenas y también en ensayos (estudios) sobre ese interior complejo y lleno de terminales nerviosas y 'creativas' que tienen los artistas cuando ejercen de ello, o sea, siempre.

Hay enormes dosis de humor ácido en la composición de los personajes, una directora atiborrada de clichés que compone con gracia y mucho talento Penélope Cruz; un actor veterano, un maestro con una idea de la interpretación comparable a un don divino, y que borda Oscar Martínez, y otro actor de éxito, una estrella, un tipo que le da a la cámara todo su atractivo y un catálogo completo, y a demanda, de los más variados sentimientos y emociones, un personaje con el que Antonio Banderas juega magistralmente.

Los directores articulan con gran lucidez y precisión las diversas tensiones entre los personajes, los del interior de la obra que ensayan y los actores que los interpretan, de tal modo que la película no deja en ningún momento de tener una gracia tensa, o una tensión graciosa, y resulta fantástico estar sentado ante ella mientras texto, personajes y actores nos ofrecen un espectáculo grande y retorcido sobre los modos y las modas de la interpretación, sobre la mirada del director y sobre la cantidad de cualidades, complejos y mezquindades que manejan todos ellos.

En fin, una pieza tan calculada en lo que revela y sugiere, y tan brillante en su forma de exponerla e interpretarla sin que la acritud, la aspereza y la mordacidad devoren el regocijo de verla, que conserva toda su maliciosa intriga entre ingeniosos golpes de guion y muy admirables cambios de timón interpretativo.

Una buena jornada inaugural, con Marion Cotillard de estrella homenajeada en la gala y con la presencia también estelar de Penélope Cruz, Antonio Banderas y Óscar Martínez.