Cine
«París puede esperar»: Eleanor Coppola desnuda su vida al lado del maestro
Con 81 años, y tras dirigir documentales sobre los rodajes de su marido, se lanza a la ficción con un filme en el que narra el momento en el que descubrió «la necesidad de vivir»
Eleanor Coppola dibuja una línea entre la imaginación y la realidad para contar la historia de su estreno como directora en «París puede esperar», un viaje por carretera desde Cannes hasta París que también es una travesía existencial para la protagonista. Coppola admite que le divirtió retratar su propio viaje personal. «Fue una llamada de atención en un momento determinado de mi vida. Descubrí la necesidad de vivir... Dejé de agachar la cabeza y desperté . En ese momento algo cambió, y la película narra esa realización», explicaba Eleanor Coppola en el pasado Festival de Toronto. A sus 81 años debuta con una cinta de ficción, aunque ella es una brillante documentalista que dirigió con éxito «Corazones en Tinieblas», sobre lo que ocurrió en la trastienda del rodaje de «Apocalypse Now», película de su marido, Francis Ford Coppola. «Estrené ese documental hace 25 años y, la verdad, nunca me imaginé que después de tanto tiempo acabaría haciendo un filme de ficción. Soy documentalista y me gusta rodar documentales. La idea de hacer un largometraje era muy desalentadora, especialmente a mi edad. Pero acabé convenciéndome porque no tengo nada que perder».
La historia de «París puede esperar» es la de una devota esposa con inquietudes artísticas a quien da vida Diane Lane, que se ve obligada a hacer un viaje por carretera con un productor francés admirador de su marido, un poderoso empresario de Hollywood (Alec Baldwin). «Digamos que al contratar a estos actores ya explicaba al público algo de cómo soy yo y cómo es Francis (Coppola) . Es imposible evitar esa visión cuando estoy diciendo que este viaje fue real».
Imaginarse retratada en Diane Lane no le costó mucho. Considera a la actriz una de las mejores que hay en la industria . «Tiene una presencia impresionante en pantalla, es muy disciplinada y siempre está dispuesta a hacer lo que le pidas. Nos reunimos en mi casa en varias ocasiones antes de rodar y descubrí que había mucha sintonía entre nosotras. Diane entendió el personaje a la perfección», explicaba la directora.
Acostumbrada a retratar la vida de otros en sus documentales, aquí ha elegido destapar sus esencias en estas memorias de cine. «Te confieso que tuve que enfrentar mis miedos antes de grabar “París puede esperar”. Me decía que intentar rodar un filme era ridículo. Esos miedos tenían mucho que ver con mostrar mi trabajo a mi familia, porque todos ellos son profesionales y entienden de cine. Pensaba que no podía compararme a ellos. Pero he sido capaz de empujar esos pensamientos que me limitaban y ser yo misma, hacer lo que realmente quería. Tengo 81 años, si no lo hago ahora, ¿cuándo lo voy a hacer? Estoy en la mejor etapa para hacer aquellas cosas que los miedos me han paralizado en la vida», se confesaba la cineasta.
Los Coppola son parte central del mundo de la moda, del cine, de la música, del arte... La llegada de un nuevo miembro a escena no sorprende, al contrario, es algo esperado. «Esta película no tiene agenda, es la expresión de un viaje que cambió mi actitud ante una vida rígida marcada por los horarios. Nos pasamos el tiempo pegados al teléfono, a la estructura de nuestros calendarios... El viaje por las carreteras de Francia me ofreció una perspectiva diferente. He tardado mucho tiempo en llevar a cabo esta cinta porque no estaba segura de hacerla con calidad. Quiero que el público descubra que la vida son momentos y que hay que disfrutar esos momentos», aconsejaba la cineasta.
Tres generaciones de cine
Eleanor, su hija Sofía y su nieta Gia, hija póstuma del mayor de los tres hijos de Elanor, Gio, forman el triunvirato femenino de cineastas en la familia Coppola. Mujeres que se atreven a escribir, producir y contar en pantalla sus sueños y temores. «Tal vez es genético, porque todo el mundo en mi familia parece sucumbir a este negocio, no lo sé, pero, definitivamente, puedo decir que no es fácil. Asusta escribir algo personal y luego mostrarlo, conseguir financiación, es difícil. Muchos piensan que por el apellido es más fácil . A mí me da igual lo que piense n. Tal vez es cierto que tengo más acceso dentro de la industria porque mi familia forma parte de este negocio, sin embargo, hacer una película siempre es duro», confesaba Sofia durante el pasado Festival de Cannes, donde ganó como mejor realizador por «La seducción».
Por su parte, Gia es la nueva «it girl» del cine con ilustre apellido. Nieta de Francis, sobrina de Sofía y prima de Jason Schwartzman, debutó en el cine como directora con el largometraje Palo Alto. El futuro del clan está en sus manos. El listón se lo han puesto a la altura de Oscar.
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