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Meryl Streep, premio Princesa de Asturias de las Artes

La actriz de 'Memorias de África', la intérprete con más nominaciones a los Oscar, suma otro reconocimiento a su nutrido palmarés

La trágica historia de amor que marcó la vida de Meryl Streep

Los papeles más inolvidables de Meryl Streep

Meryl Streep, último premio Princesa de Asturias de las Artes, con uno de sus galardones
Lucía Cabanelas

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Pocos premios le faltaban a un palmarés que tiene de todo y mucho. A sus 73 años, Meryl Streep engorda todavía más su saco de reconocimientos con el premio Princesa de Asturias de Artes, un galardón que recompensa una carrera dedicada a la interpretación. El jurado premia a la actriz por haber desarrollado, a lo largo de cinco décadas, «una carrera brillante encadenando interpretaciones en las que da vida a personajes femeninos ricos y complejos, que invitan a la reflexión y a la formación del espíritu crítico del espectador», con una filmografía en la que destaca «la honestidad y responsabilidad en la elección de sus trabajos, al servicio de narrativas inspiradoras y ejemplarizantes». El Princesa de Asturias 2023 se suma a otros grandes reconocimientos, entre ellos varios Emmy, SAG, Bafta, un Donostia del Festival de San Sebastián y otro del de Cannes, además nominaciones a los Tony y Grammy.

Nacida en Nueva Jersey, Streep debutó en las tablas con 'The Playboy of Seville' (1971), vio el potencial de las series antes que sus coetáneos participando en 'Holocausto' (1978) y terminó apuntalando su talento en la gran pantalla. Fue en el cine donde mejoró su don para mimetizarse con quien le tocara.

Nunca ha tenido una belleza clásica al estilo de Elizabeth Taylor ni ha sido una chica normal como lo fue Debbie Reynolds, pero es capaz de ser ambas. En solo una vida, Meryl Streep ha vivido cientos de ellas. Se enamoró de la mirada de pistolero de Clint Eastwood en 'Los puentes de Madison' y sembró el terror como la tirana de la moda de 'El diablo viste de Prada'. Dejó que Robert Redford le lavara el pelo con una jarra de agua fría en su aventura africana como Karen y le aguantó el pulso a la política transformándose, dentadura mediante, en Margaret Thatcher.

Sin miedo a nada, Meryl Streep ha alternado drama y comedia con igual solvencia, del mismo modo que se ha atrevido a probar en musicales como 'Mamma Mia!'.

Un don para los acentos

Nada se le resiste a la intérprete, que ha sido polaca, danesa y británica sin apenas esfuerzo, gracias a su habilidad para imitar acentos, uno de sus talentos más cotizados y, sin embargo, un matiz que entiende como imprescindible para meterse en la piel de otra persona. «¿Cómo voy a hacer un papel y a hablar como hablo yo?», respondió con cuando se le preguntó por esa destreza de la que ha hecho gala en películas como 'Memorias de África', 'La decisión de Sophie' o 'La dama de hierro', estas últimas valedoras de su segundo y tercer premio Oscar, respectivamente. El primero lo recogió por su papel de madre divorciada en 'Kramer contra Kramer' en 1980, donde recibió las hostilidades de un Dustin Hoffman que llegó a abofetearla después de la escena en la que su personaje le dice al del actor que le deja, pero que no se llevará a su hijo.

Más nominaciones al Oscar que nadie

Actriz metódica, herencia del rigor con el que alternó la popularidad con la excelencia durante su adolescencia, ha desafiado los cálculos de Hollywood al sobrevivir a la obsolescencia a la que la industria relega a las actrices pasados los cincuenta. Con 21 candidaturas, nadie tiene tantas nominaciones al Oscar como ella. La primera le llegó un año después de debutar en el cine, con la película 'El cazador' (1979), donde Robert de Niro la llevaba al altar. La única razón por la que Meryl Streep aceptó el papel de la cajera Linda, «la olvidada en el guión y también en las vidas de los demás personajes», fue para pasar más tiempo con John Cazale, su primer gran amor y por entonces terminal. «Cuando vi a esa chica allí (en el hospital) con él, pensé que no había nada igual. Eso es lo importante para mí. Por muy buena que sea en su trabajo, eso es lo que recuerdo siempre que pienso en ella», dijo Al Pacino décadas después.

Pero hubo muchas más nominaciones. A sus 73 años, Streep sigue persiguiendo su gran cuenta pendiente. La última por 'Los archivos del Pentágono', hace seis años. Es, para muchos, la mejor actriz de su generación, y para otros incluso la mejor actriz viva, pero todavía le falta un hito: lograr la cuarta estatuilla e igualar el récord que todavía ostenta Katharine Hepburn, que recibió todos los galardones como mejor actriz, nunca secundaria.

Dedicada a labores filantrópicas y a protagonizar todos los memes de sus últimas apariciones públicas –todavía se sigue utilizando su fervoroso aplauso en los Oscar pre Will Smith–, en los últimos años Meryl Streep ha cultivado un perfil más bajo. Ha sido secundaria de películas como la nueva versión de 'Mujercitas' o 'No mires arriba', y de lujo en su regreso a la televisión, donde ha dado caché a series como 'Big Little Lies' como la suegra de Nicole Kidman. Después de que su último papel en la pequeña pantalla, 'Un futuro desafiante', pasara desapercibido, ya se ha anunciado su fichaje para la nueva entrega de la exitosa sitcom 'Solo asesinatos en el edificio'.

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