Martín Cuenca presenta su versión de las madres paralelas

El argumento nos presenta a una jovencísima chica embarazada que ha desaparecido de un centro de menores y la policía local emprende una investigación para encontrarla; pero ahí no hay misterio para el espectador, pues él sabe desde el comienzo dónde y por qué está escondida: uno de los educadores del centro la ha ayudado a escaparse y la ha instalado en su casa de campo, donde vive con su mujer, y ambos, que no pueden tener hijos, la mantendrán oculta durante su embarazo a cambio de quedarse con ese bebé que ella no desea.

La cámara de Martín Cuenca es elocuente en los espacios exteriores (el vuelo de drones da idea del aislamiento del lugar y la grandeza del paisaje) y también en el de los interiores de los personajes, el hombre sensato en una empresa insensata y las dos mujeres en plena gestación de sus sueños; la historia se estanca un poco, tiempo de embarazo, en esa investigación interior, en los cambios sutiles que incorporan conflicto a la trama y que abren diversos caminos para que el espectador identifique lo que es certeza y lo que es sospecha mediante los juegos de guion y de cámara sobre lo que muestra y lo que elude. Una decisión importante de la película consiste en distribuir las dosis de drama y de thriller, cuándo uno solapa al otro, cuándo las necesidades de los personajes (ser madre, ser libre, ver a la persona amada, defenderse de las amenazas…) cambian el tono de la historia, de lo maternal a lo delictivo, de lo convenido a lo exigido, de lo humano a lo animal.

'La hija' y su relato mantienen un progresivo contacto con la intriga, en buena parte por la interpretación de Javier Gutiérrez y Patricia López Arnáiz , que van incorporando complejidad e incógnita a las intenciones de sus personajes, y hasta un punto de confusión e incoherencia con ellos mismos. Y resulta curioso como algo que comienza con hospitalidad y comprensión, las sustancias íntimas e incontrolables del ser humano lo llevan hasta un lugar irreconocible y al que no llega la compasión. Al parecer, el asunto de las madres paralelas puede considerarse ya una tendencia.

Y se había quedado en la cuneta una película a competición, la danesa 'As in heaven' , que señala a una directora, Tea Lindeburg , con un talento especial para el encuadre, la atmósfera y la puesta en escena y que impregna su terrible historia de sociedad cerrada y enferma de un aroma casi Dreyer . Lo que cuenta en tono idílico es en realidad terrible y escarpado de ver. En una aldea danesa, con unas cuantas familias cargadas de hijos y de prejuicios sociales y religiosos, afrontan la pesadilla de un día y de un parto más desde los ojos y los sueños de la hija mayor de la parturienta. Por otra parte, esta película puede incluirse entre las muchas que tratan esa lacra nueva del viejo heteropatriarcado , luego no hay que sacarla de las quinielas.