«Maestro Scorsese», la llama del cineasta que prendió en una generación de directores españoles

Con Rodrigo Cortés, sin embargo, la cosa fue más allá. « Scorsese es mi maestro Jedi », ha dicho en alguna ocasión. El director de « Concursante » y « Buried », y colaborador de ABC, asevera con su habitual pausa y seguridad que el maestro americano «es el director que más vocaciones ha despertado». «“ Goodfellas” es la película más influyente de los últimos 30 años para una generación . Scorsese es la razón por la que hago cine», sentencia sin cambiar el tono.

Lo último de Scorsese, «El irlandés», se estrenó directamente en las pantallas de casa, y desde casa los cineastas Rodrigo Cortés y Paula Ortiz desgranaron ayer la figura del director de «Toro salvaje», «Taxi Driver» o «El lobo de Wall Street» en la presentación del mencionado libro, donde se concatenan 29 textos sobre las 28 principales películas del de Queens. El que falta en la resta es el prólogo que firma Cortés y que los lectores de ABC paladearon en la popular Tercera « Scorsese y la Copa Davis », donde contaba la sacudida brutal que sintió al ver, cuando era adolescente, « El color del dinero », y cómo la llama de su narración le iluminó con la fuerza de varias Hiroshimas.

Ese «primer Scorsese», el «golpe en la sien» iniciático de su cine, también le llegó a Paula Ortiz siendo muy joven. Con 13 años se sentó a ver «Toro salvaje» sin ser consciente de lo que estaba a punto de sentir. «Provocó en mí una experiencia que con el tiempo reconoces como algo profundamente intenso. Para cualquier cineasta, hablar de aquellos que consiguen tocar lo más esencial es algo inefable». Pero la directora de «La novia» (2015), de verbo tan preciso como su cámara, se atreve a ponerle palabras: « Es un narrador eléctrico, un tipo que en cada relato va sin red. Siempre. Por eso llega más lejos que nadie desde una determinación profundísima del que quiere contar el comportamiento humano», apostilla sobre un autor al que, pese estar muy lejos de su estilo, siempre vuelve: «Es alguien que me provoca. Su sensibilidad es opuesta a la mía, y eso hace que quiera conocer su mundo, los lugares que atraviesa. Cuanto más oscuro es, más me atrae, pero le admiro por la capacidad de ese vuelo de halcón certero sin juicio. El narrador cuenta, no juzga, y sus emociones son muy fuertes, intensas, dolorosas, pero sin juicios».

Quien nunca se ha alejado de Scorsese es Rodrigo Cortés: «No da nunca una lección, es una característica de su cine. No da una moraleja, lo que no significa que no la tenga. No hace jamás una película sobre una tesis, y “ El irlandés ” tampoco lo es», confiesa a raíz del más reciente título, ojalá no el último, de Scorsese: «Y a la vez, y por eso, es una película que se te queda y que vas procesando durante días, semanas, años... porque nada tiene una visión unívoca. Más que la hermana de “ Goodfellas ” o “Casino” viene a ser una madre sabia y cansada», sentencia.

El maestro Scorsese lo es, entre tantas cosas, por los que lo rodean. Desde su montadora, compañera de vida y amiga Thelma Schoonmaker a los actores que han crecido bajo su mirada. Desde los «kamikazes» del Actors Studio que menciona Ortiz, por De Niro y compañía, al más reciente Leonardo DiCaprio , en el que se fija Cortés para valorar que, sin su influjo, ni el más grande narrador de Hollywood hubiera podido hacer las últimas -y carísimas- producciones en un sistema que solo mira el presente y la hoja de cálculos del Estudio. Por suerte, su mirada y la llama que ha prendido no se agota.