El homenaje de Arturo Valls a José Luis Cuerda: «Parecía que su humor era absurdo, pero escondía grandes verdades»
El actor y productor recuerda su trabajo con el director en «Tiempo después», la última hora del cineasta fallecido este martes en Madrid

El director de cine José Luis Cuerda , fallecido este martes en Madrid a los 72 años de edad a causa de una embolia, siguió engordando su ancha y brillante filmografía, que incluye joyas como «Amanece que no es poco». «El bosque animado» y «La lengua de las mariposas», entre otras, casi hasta el final de sus días. Hace poco más de un año el director y guionista estrenó «Tiempo después », «secuela espiritual» de «Amanece que no es poco», donde dirigió a más de cuarenta actores, entre ellos Arturo Valls, que también ejerce como productor ejecutivo. «Recuerdo sobre todo la última secuencia que rodamos, cuando todos le gritamos “Po-e-ta”, “Po-e-ta” . Fue estremecedor. Era algo que él consideraba sublime, superior, se le saltaban las lágrimas. Era pura humildad», cuenta el presentador a ABC.
«Él era entrañable, con esa barba blanca y ese aspecto que tenía. Era el maestro. Recuerdo que casi todos los actores que estábamos allí flotábamos porque admirábamos absolutamente a alguien único , impar y extraordinario, que nos asombraba con cada decisión», recuerda Valls, que cuando entró en el proyecto se sorprendió de que Cuerda no encontrara financiación para su «Tiempo después» y tuviera que recurrir a una «turba» de amigos de la que formaban parte Edu Galán, Berto Romero, Andreu Buenafuente, José Carmona, Félix Tussell Sánchez... «De alguna manera acabas entendiendo que el mundo está viviendo una cierta globalización, se buscan grandes taquillas y una rara avis como era José Luis, con una visión más particular, es lógico que tuviera menos ayuda. Entendíamos que era una comedia de autor y que iba a ser difícil, y eso da rabia. Al final, José Luis siempre tenía cierta alarma, miedo a ese aborregamiento de la sociedad. Él era un bastión del pensamiento crítico ».
«Me acuerdo mucho también de las reuniones previas, todo era un aprendizaje: cada anécdota, cada chascarrillo... Tenía un humor finísimo, bromeaba constantemente. Era maravilloso, eran cenas que te llenaban, que volvías a casa cargado de sabiduría. Otra cosa es que la supiéramos emplear», bromea Valls.
«Destacaría sobre todo su visión, la que tenía del mundo y de la condición humana. A mí me impresionaba que dentro de todo el universo surrealista que tan bien manejaba había muchísima lucidez y muchísimo sentido común. Eso me fascinaba, tenía una visión tan analítica, tan descreída, tan fina y tan irónica... Parecía que era humor absurdo, pero escondía grandes verdades», admite el presentador, que ve en los manchegos «chanantes» a los herederos «por derecho» del humor de cuerda.
Entre la obra dramática de Cuerda, donde se engloban «La lengua de las mariposas» y «El túnel», Arturo Valls destaca «su tono poético y cómo se manejaba con la palabra, con grandes fases, reflexiones y análisis sobre lo absurdo del ser humano». Si tuviera que quedarse con una frase de sus diálogos, el actor, productor y presentador lo tiene claro: « Todos somos contingentes, pero solo gente como José Luis es necesaria» .
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