Hollywood ya planea volver a rodar pese a que nada volverá a ser como antes
Los estudios creen que será posible volver a ver este año en la gran pantalla superproducciones que recauden 100 millones en un fin de semana
Las productoras han comenzado a reinventar el ecosistema de los rodajes para hacerlos seguros frente al Covid
Fernando Muñoz y María Estévez
Hoollywood es mucho más que las estrellas fascinantes que deslumbran al mundo. Desde ese barrio de California se construyen los sueños, las aventuras y las vidas por las que otros suspiran a través de las pantallas en todo el planeta. Un gigante del entretenimiento al ... que el coronavirus ha tumbado y que ahora quiere levantarse para volver a ser un pilar de la economía ( genera 17.200 millones de dólares solo en exportaciones , según la Motion Picture Association of America) y el espejo que anime a un mundo que busca despertar de una pesadilla colectiva y confinada.
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La pasada semana, el Gobernador de California, Gavin Newsom , reveló un plan estatal de cómo sería la reapertura una vez se levanten las restricciones. Gran parte de la economía de su estado depende del mundo del entretenimiento que, con las producciones detenidas, ha sufrido un mes de despidos, recortes de salarios, bancarrotas y discusiones entre ejecutivos y productores en busca de una solución. Faltan todavía semanas, tal vez meses, para que las cámaras empiecen a grabar -las predicciones más positivas apuntan al 15 de mayo, otras se van a julio y las pesimistas a septiembre- pero lo único claro es que los productores no quieren arriesgarse a ser denunciados por desproteger a sus equipos. « Los seguros se niegan a cubrir el Covid-19 y eso puede forzar la clausura de las producciones porque las autoridades están esperando una segunda ola de este virus », explica a ABC un productor local. Teniendo en cuenta que nadie en Hollywood tiene empleo en esto momentos, los trabajadores se verán obligados a firmar documentos para limitar la responsabilidad del estudio frente a nuevos focos.
Todo va a cambiar
Esta parálisis no es nueva. Ya se vivió un cierre de producción similar durante la pandemia de gripe española en 1918. Hollywood reabrió y volvió a la normalidad un año más tarde. Pero era un sector en pañales mientras hoy genera 2,6 millones de empleos y gasta solo en salarios 177.000 millones de dólares a través de 93.000 empresas. Cuando todo vuelva a rodar, nada será como fue. Ni delante ni detrás de las cámaras. Ni siquiera en el público. En 2019, solo en EE.UU. y Canadá (lo que se conoce allí como «mercado doméstico») se vendieron entradas por valor de 11.320 millones de dólares y se estrenaron 908 películas . En lo que llevamos de 2019, solo se han recaudado 1.789 millones y estrenado 247 títulos. Los números del tercer y cuatro trimestre, la época de los estrenos más potentes, se fundirán en rojo. Unas pérdidas que, según los analistas, no serán iguales para todos. Un ejecutivo de una de las grandes «majors» consultado por el medio especializado «Deadline» asegura que, antes de que acabe 2020, volveremos a ver a una película acercarse a los 100 millones de dólares de recaudación en su primer fin de semana . Eso sí, lo hará a costa de las demás.
Esas grandes producciones necesitarán más pantallas para compensar los asientos perdidos por las medidas de distanciamiento social, lo que provocará que el resto de las películas pequeñas y medianas se queden sin sitio en las carteleras. Un ejemplo: «Spectre», la anterior película de James Bond , se estrenó en 2015 en 3.929 pantallas de EE.UU. ¿En cuántas lo tendría que hacer el próximo 12 de noviembre « Sin tiempo para morir » (la última con Daniel Craig como 007) para igualar los 70 millones que recaudó solo en su primer fin de semana «Spectre»? Multiplicar el número de salas sería de facto la muerte de pequeñas y medianas distribuidoras, tal y como apunta otro analista, Michael Nathanson, en un catastrofista informe titulado « Say Goodbye to Hollywood ». Un fenómeno que podría replicarse en España, donde las pequeñas y medianas empresas de distribución ya tienen complicado estrenar en las pocas pantallas que deja el cine hollywoodiense.
Sentarse en una butaca
Hace un año, el 26 de abril, se estrenaba en todo el mundo «Vengadores: Endgame» , la película más taquillera de la historia con 2.797 millones de dólares recaudados. Eso significa que durante todo el mes de mayo, millones de personas de todo el mundo llenaron las salas. Hoy eso suena a ciencia ficción. Los exhibidores ya no piensan en romper récords sino en restaurar la confianza del público cuando se abran de nuevo. « No puedes atraer a gente a los cines haciendo que parezcan un hospital », lamentó en la revista «Deadline» un representante de una de las grandes cadenas de EE.UU.
Aunque todavía las condiciones para volver a ocupar una butaca son una incógnita, sí se puede aventurar que habrá más costes (guantes, geles, limpieza extra..) y menos ingresos. No solo porque se prohíba vender todas las entradas para que se respete la distancia social, también porque la venta de palomitas y demás productos se perderá. Una fuente imprescindible para la subsistencia de un tipo de negocio de pocos márgenes, donde las empresas que explotan las tiendas de comida en los cines pagan entre 5.000 y 20.000 dólares por concesión , según el tipo de multicine. Un ingreso imprescindible para cuadrar los balances anuales.
Rodar en la lejanía
La gasolina que hace que la rueda nunca deje de girar son las entradas vendidas, pero para que se puedan vender primero hay que rodar. Por eso ahora mismo la prioridad de las autoridades de California es reiniciar cuanto antes las filmaciones. Pese a que los rodajes son áreas de alta densidad de personas, van a intentar minimizar riesgos. Mientras se estabilizan los casos de contagio en Los Ángeles , en Hollywood se ha creado un equipo de expertos para tratar de generar un plan detallado de cada posible escenario, argumentando cada obstáculo que puedan encontrar.
No habrá forma de garantizar un rodaje completamente seguro , pero todos los miembros del equipo de cada serie o película deberán ser evaluados mediante un test antes de volver a trabajar. Las pruebas rápidas se utilizaran diariamente en cada rodaje. Además, se espera que las productoras empleen, en el momento en que estén disponibles, pruebas de anticuerpos que detectan la inmunidad de cada persona que haya tenido el virus.
Habrá un cuestionario de salud, un control de temperatura y capacitación en higiene, y los profesionales de salud se desplazarán para verificar si hay fiebre o síntomas, y aquellos que los muestren serán puestos en cuarentena. Se espera que este proceso agregue hasta una hora y media a la entrada al trabajo de cada persona y problemas legales por la privacidad , pero se prevé que todos tengan que someterse a este escrutinio antes de que se le entreguen máscaras y guantes para trabajar en un rodaje. Los informes dicen que, muy probablemente, el número de empleados se va a reducir al mínimo.
Sin besos en pantalla
Habrá un nivel adicional de protección en torno a los actores, cuya salud es crucial para mantener la producción en marcha. Son insustituibles y, evidentemente, no pueden estar frente a la cámara con mascarillas. Para mantenerlos a salvo, el personal que entre en contacto con ellos tendrá que ser el que vista máscaras y guantes. Además, las oficinas y los baños ya no tendrán pomos, serán puertas abatibles. No se permitirá compartir teléfonos y se contratará un equipo para desinfectar las cámaras y las luces todos los días. Se habla de producciones que alquilarán hoteles enteros para crear zonas seguras donde aquellos que trabajan en un mismo set o plató puedan congregarse durante la filmación.
La esperanza es que las pruebas permitan a los actores involucrarse en escenas íntimas, pero las escenas de multitudes se harán por ordenador, recreándose digitalmente. Es decir, adiós a los extras y quién sabe si a los besos entre los actores. Grabar en lugares remotos va a ser complicado, si las estrellas se niegan a volar. Será necesario repensar todo lo relacionado con una producción, desde la propia ubicación hasta el maquillaje. Incluso los guiones. Dado que se espera que el distanciamiento social sea parte de nuestras vidas durante meses e incluso años, los guionistas y los estudios se preguntan cómo aceptará el público ver en pantalla a los personajes abrazándose o cenando en restaurante lleno de gente .
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