Hamaguchi: «No creo en el destino porque depende de nuestras decisiones»
El director japonés adapta en 'Drive my car' un cuento de Murakami
María Estévez
El japonés Ryûsuke Hamaguchi dirige y escribe el exquisito y conmovedor drama ‘Drive my car’, adaptación de un cuento de Haruki Murakami .
Yûsuke Kafuku, interpretado por el actor Hidetoshi Nishijima , es un director de teatro cuya esposa Oto ( ... Reika Kirishima) trabaja en televisión. La pareja sufre por la muerte de un hijo y la aventura de Oto con un joven actor, pero un accidente automovilístico termina por dejar solo a Yûsuke. Adelantando en el tiempo, Hamaguchi nos traslada a Hiroshima, donde Kafuku habla con un joven conductor que le lleva al teatro, a la producción 'Tío Vanya', de Chéjov. El cineasta construye un drama durante tres largas horas, donde los hilos narrativos van cambiando y enfatizando en el poder de los relatos.
A medida que los personajes principales interactúan, el destino y la culpa van tomando protagonismo, así como el dolor y el trauma, hasta que cada personaje encuentra su imagen en otros seres humanos. Poco a poco, los protagonistas descubren que aprender de uno mismo significa aprender a través de los demás. Hamaguchi habló con ABC sobre su nueva película, su destino y su viaje en automóvil más memorable.
–¿Por qué decidió adaptar este relato de Murakami?
–La razón más importante fue poder contar estas conversaciones dentro de un automóvil. Los personajes principales no tienen conexión entre sí; su relación es la de conductor y pasajero, que, por sí sola, no es una relación profunda. Pero al revelarse el uno al otro terminan revelando su ser más profundo. A veces, uno habla más libremente con un desconocido que con una persona que conocemos.
–Uno se conoce a sí mismo a través de los demás.
–Esa es una frase que aparece en la historia de Murakami. Sentí la necesidad de adaptar el relato desde mi perspectiva, pero esa frase fue de las pocas cosas que mantuve sin cambiar. La única forma que tenemos para entender las emociones es a través de la interactuación con los demás. Si quieres conocerte bien, estudia tus reacciones cuando estás en público.
–¿Es un director intuitivo?
–No lo sé. Este es un filme basado en una obra de Murakami, la narración no me pertenece. Como realizador, he intentado crear un ambiente a la medida para reflejar los sentimientos que buscaba. En ese sentido, soy muy intuitivo porque me centro en las emociones de los personajes y cómo van evolucionando en el transcurso de la película. También trato de conseguir reflejar esas emociones en el espectador.
–No es la primera obra escrita que adapta. ¿Le interesa la relación del cine y la literatura?
–Las palabras son solo un tipo de estímulo que puedes dar a los actores para ver cómo reaccionan. No trato de expresar una calidad literaria en mis películas o en los diálogos. Cuando le escribí una carta a Murakami explicándole cómo planeaba adaptar y desarrollar la trama del libro, le dije que el texto en sí mismo no podía convertirse en una película y que sus palabras se usarían para desencadenar emociones y situaciones entre los actores. Mi trabajo converge con la literatura en la relación entre las palabras y los intérpretes.
–La culpa, la pérdida, historias sobre mujeres conforman su repertorio.
–A todos nos cuesta entender la ausencia de una persona a quien has amado. Siempre tratamos de encontrar respuestas a esa experiencia. No creo en la idea del destino porque depende de nuestras decisiones.
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