Los Globos de Oro, una ceremonia en peligro de extinción
Las bajas audiencias de las últimas galas televisivas de cine y el tropiezo en taquilla de importantes películas no auguran el regreso por la puerta grande de unos galardones que durante años fueron la antesala y el termómetro de los Oscar
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María Estévez
Dos años después de que la cadena NBC decidiera no emitir los Globos de Oro por la controversia asociada a la organización HFPA que organiza el evento, vuelve la llamada 'fiesta de Hollywood' a verse en directo para todo el mundo. Una vez más, las ... estrellas brillarán en la alfombra roja del Hotel Beverly Hilton entre champán y diamantes mientras el presentador de la noche, Jerrod Carmichael, castigará con sus bromas los premios y a los premiados. El anfitrión se encuentra actualmente en lo más alto de su carrera tras su especial en HBO por el que ganó un Emmy a principios de este año.
[ Quién es Jerrod Carmichael, el presentador de los Globos de Oro 2023 ]
No está claro que la edición número 80 de los Globos de Oro regrese con el esplendor del pasado, entre otras razones por las raquíticas audiencias que están generando los premios de Hollywood y la falta de grandes títulos en los escaparates de los cines. Sin audiencia, estos premios se pueden transformar en tragedia y apagar el ambiente festivo que rodea a los Globos de este año. La crisis que sufre la industria empaña un espectáculo que cumple 80 años y pone en peligro su propia existencia.
Para la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, en otro tiempo un poderoso grupo de periodistas internacionales, es una prueba de fuego porque en Hollywood todavía hay dudas sobre su organización. Hablando con el periódico 'Los Angeles Times', el inversionista multimillonario Todd Boehly, ahora director ejecutivo interino de la HFPA, reconoció la incertidumbre. «Tengo pesadillas en las que no funciona. Agradezco que haya escepticismo, pero vamos a darnos una oportunidad. Espero poder demostrar que se trata de una organización profesional y evolucionada que comprende cuál es su función y no traspasa sus límites», dijo Boehly, dueño también de las revistas 'Variety' y 'Hollywood Reporter' así como del Chelsea Fútbol Club.
Durante años, los Globos mantuvieron su reputación como la noche más caótica de Hollywood; eran la hermana pequeña desordenada de los Oscar: poco serios, pero entrañables. Su imagen cambió cuando se conocieron las practicas poco éticas de sus miembros y que no tenía asociados negros con derecho a voto. Después de que el expresidente Philip Berk, de quien el actor Brendan Fraser dijo que lo agredió sexualmente en 2003, echó leña al fuego al enviar un correo electrónico a los miembros con un artículo que se refería a Black Lives Matter como un «movimiento racista», fueron atacados por Scarlett Johansson y Tom Cruise. Tal es la presión ante la ceremonia de este año que muchos creen que pueden desaparecer si colapsa la audiencia.
El tortuoso camino de los Globos de Oro
Enfrentada al rechazo de toda la industria que cortó su poder, la organización de 96 miembros agregó seis periodistas negros el año pasado (antes no tenía ninguno) y atrajo a 103 votantes internacionales que no son miembros en un intento adicional por diversificar sus filas.
La HFPA también prohibió los obsequios, instituyó una línea directa para denunciar malas conductas y silenciosamente expulsó a un puñado de miembros a quienes acusaba de violar sus reglas. Las interminables reuniones entre la HFPA y los publicistas de actores han ido descongelando las relaciones y se espera una ceremonia plagada de estrellas.
«Soy optimista de que vamos a honrar la confianza y el apoyo que la industria está mostrando al apoyar los Globos de este año», ha dicho la publicista Kelly Bush, directora ejecutiva y fundadora de ID Public Relations, una de las más activas en encabezar el boicot. «Tenemos que reconocer el pasado para que la historia nunca se repita, pero enfocarnos en manifestar un futuro que sea productivo, seguro, equitativo e inclusivo».
Bajo Boehly, quien se hizo cargo del grupo en octubre de 2021, la HFPA está esperando la aprobación del fiscal general de California en un plan para transformar la asociación sin fines de lucro en una empresa con fines de lucro. Los miembros de la recién reconstituida Golden Globes Assn ganarán 75,000 euros anuales durante cinco años, con trabajo de ver películas y programas de televisión y votarlos para la consideración de los Globos. La medida elimina ciertos conflictos de intereses entre los miembros de la organización y la industria.
Aunque la sombra de la duda sigue planeando sobre la HFPA, Hollywood considera que los Globos tienen mucho valor para películas como 'El Imperio de la Luz' o 'Babylon' que se han estrellado en la taquilla y necesitan el impulso de algún galardón. «Los estudios necesitan los Globos para vender su producto», admite un publicista que prefiere mantener el anonimato.
En años anteriores, los estudios programaban la expansión teatral de sus títulos en plena temporada de premios en un esfuerzo por capitalizar atención. La película de Sam Mendes '1917' llegó a 3.400 salas de cine días después de ganar como mejor película dramática en los Globos del 2020, recaudando 37 millones de dólares. Sin embargo, en el sombrío panorama de exhibición posterior a la pandemia, las perspectivas de cualquier impulso en el 2023 son insignificantes.
Tres candidatas al Oscar a la mejor película, 'Top Gun: Maverick' , 'Todo a la vez en todas partes' y 'Elvis' , debutaron a principios de 2022. Otras, como la cinta de Steven Spielberg 'Los Fabelman' , el drama de Todd Field 'Tár' y la tempestuosa 'Almas en pena de Inisherin' no han conseguido conectar con el público, solo 'Avatar: El sentido del agua' ha triunfando superando los 1.500 millones de euros en la taquilla internacional y no necesita ninguna ayuda por mucho que su director James Cameron sea el favorito a ganar el Globo de Oro .
Una mala audiencia televisiva podría erosionar aún más el efecto de las entregas de premios. Estos eventos, que en tiempos previos a la pandemia atraían audiencias de casi 20 millones de espectadores al año, vieron caer sus números a solo 6,9 millones en 2021.
Este año, la transmisión ha dejado de emitirse en domingo para moverse a un martes no festivo, lo que demuestra las pocas expectativas de la cadena que los emite. Ahora que Boehly contempla una posible expansión de la marca Globos a los mercados internacionales, el futuro de los premios es muy incierto.
«Si conseguimos que los nominados participen y se diviertan, podemos respirar tranquilos por un momento. Ya pensaremos en lo que sigue», apuntó el CEO de la nueva franquicia. Las ceremonias de premios son una especie en peligr--o de extinción, por mucho que Hollywood necesite sus incentivos para cuidar un producto que muere en sus propias manos.
En un ecosistema saturado, nunca ha habido más dinero invertido por las plataformas en este tipo de eventos, aun cuando saben que se encuentran ante un producto marginal.
Independientemente de cómo transcurra la ceremonia del martes, los Globos de Oro se han convertido en la mascota de una institución anticuada en medio de una crisis de identidad. Veremos si Hollywood mantiene su magia. Estrellas como Taylor Swift, Hilary Swank, Jamie Lee Curtis, Rihanna y Quentin Tarantino han prometido asistir, aunque no haya público dispuesto a aplaudirles.
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