Todo ha ido bien
François Ozon: «Las personas mayores no deben ser invisibles»
El cineasta francés dirige 'Todo ha ido bien', una película en la que aborda el debate sobre la eutanasia
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Iniciar sesiónSolo alguien como el director François Ozon , capaz de mirar como nadie en la ambigüedad y sacar algo en claro, puede ver «una película sobre el patriarcado» en una que trata sobre la eutanasia. Lo hace en 'Todo ha ido bien' , ... donde dispara un debate moral y político acerca de una cuestión sobre la que no tenía opinión hasta que su amiga y colaboradora, la escritora Emmanuèle Bernheim , fallecida en 2017, le contó la historia de su vida: cómo su padre, después de sufrir una trombosis, le pidió a ella y a su hermana que acabaran con su vida.
«La perversidad o el amor se condensan en la petición de André [el padre]. Sus hijas no tienen ningún juicio moral establecido sobre morir, pero su padre les pide que le maten. Confiar en tu familia para cualquier cosa implica un acto de amor, pero hacerles precisamente esa petición a tus hijas es perverso. Tiene un revólver en su escritorio, podría dispararse o tomarse unas pastillas, pero recurre a la súplica. También hay perversidad en el hecho de que le pida a Emmanuèle [ Sophie Marceau ] y no a Pascal [la otra hermana] que le ayude en su deseo. ¿Eso es amor? No lo sé, es complicado», asegura el cineasta en una entrevista.
'Todo ha ido bien', que parte de la paradoja de que la muerte es algo positivo, hila fino en muchas más cuestiones. Como la de que morir, en este caso, no solo es una elección, sino que depende del poder adquisitivo. No muere quien quiere sino quien puede. La ausencia de una ley sobre la eutanasia, reconoce Ozon, hace que el asunto se convierta en una «injusticia económica porque solo la gente que tiene dinero puede irse a otro país para organizar su muerte».
En una frase de la película, el protagonista dice: «Sobrevivir no es vivir». Pone palabras a la impotencia, y dependencia muchas veces incomprendida, que sienten los ancianos ante el inevitable paso del tiempo, con el que, afirma François Ozon, somos cruelmente intolerantes. «Creo que hay una especie de fetichismo de la juventud, de la belleza, en la sociedad», asegura el director de 'En la casa'. «Las personas mayores no deben ser invisibles», sentencia.
«Yo no sé lo que haría si me pidiesen eso, por eso también está esta película, para plantear preguntas», admite el cineasta francés. Sin una postura clara sobre la eutanasia hasta que realizó la película –«me pilló más viejo y preparado»–, Ozon no duda en una cosa: «nunca deben ser los hijos quienes lo organicen, es un peso demasiado grande».
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