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ABC Cultural

Festival de San Sebastián

«Diecisiete», de Sánchez Arévalo, puso lo que faltaba: emoción, diversión y buenos sentimientos

Penélope Cruz y su Premio Donostia trajeron la intriga cubana «La red avispa», de Olivier Ossayas

Daniel Sánchez Arévalo y el equipo de «Diecisiete» en el Festival de San Sebastián Reuters
Oti Rodríguez Marchante

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Fuera de la competición, ¡qué lugar tan bueno para poner películas bonitas y saludables! Por las razones que sean, y es tradición, las secciones competitivas de cualquier festival prefieren armarse con películas raritas, feotas y que muestran (o denuncian, que es un verbo con doble ... sentido, bueno y malo) los peores y más desagradables aspectos del ser humano. Obviamente, una película como «Diecisiete» , que no está llena, sino que rebosa, de los mejores sentimientos, pensamientos y actos de sus personajes no podía tener su hueco en la Sección competitiva de este año, y se proyectó fuera de ella. Sea porque pertenece a la cuadra de Netflix, sea porque ya había demasiada representación española a por la Concha, sea porque todo lo que contiene es positivo, admirable, divertido (aun en su interior dramático) y tiene la misión de agradar…, sea por lo que sea, el caso es que fue una total bendición dentro del Festival.

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