La Diana de Kristen Stewart

'Spencer', estrenada en el Festival Internacional de Cine de Venecia , se desarrolla a lo largo de tres días de navidad, horas definitivas que formarían parte del preámbulo de un nuevo movimiento telúrico en la existencia de Lady Di, cuando decidió ponerle fin a su matrimonio con el Príncipe Carlos.

Kristen Stewart , «todo un milagro», como la definió el director chileno en el encuentro con la prensa internacional, interpreta a la Princesa de Gales. Con este rol, la estrella cinematográfica se somete a una transformación física notable, enfrentándose a un gran desafío del que sale airosa.

De energía innegable, cautivadora, cercana, normal como cualquier persona de a pie y siempre con el corazón en la mano. A Stewart le sobraron palabras para describir a Diana, a quien también consideró «la mujer más famosa del mundo, pero irónicamente la persona más desconocida».

La actriz sabe lo que significa la fama, no poder pasar desapercibida sin que una legión de fotógrafos y curiosos le sigan y documenten sus pasos; como también conoce a la perfección el no poder controlar la impresión que se deja en otras personas. Sin embargo, afirmó que, a diferencia de la suya, la fama de Lady Di «era monumental», ya que logró fascinar y enamorar a diversos grupos de personas.

«Diana también se sentía aislada y sola», continuó Stewart con su retrato hablado, «necesitaba que los demás sintieran esa hermosa luz que ella irradiaba, pero también quería recuperarla de alguna manera».

A modo de prólogo en 'Spencer' se lee: «Una fábula de una tragedia real». A lo largo de 111 minutos acompañamos a la Diana de Kristen Stewart en su ansiedad; sentimos su desesperación, su angustia, su cuerpo quebrado por la bulimia y la anorexia; como también descubrimos a la madre que amaba sobre todas las cosas y circunstancias a sus hijos Guillermo y Harry.

Sin dudas, Kristen Stewart se calzó los zapatos de Diana Spencer y, al escuchar sus reflexiones, en cierto modo la sentimos reflejada. «Cuando te enteras de las historias que andan rondando sobre ti, no hay forma de cambiarlo», analizaba Stewart, «así fue su vida, pero llega un punto en el que debes mostrar los dientes porque al fin y al cabo somos animales y es parte de nuestra naturaleza».