Los clásicos de Woody Allen, ordenados de mejor a peor

Manhattan (1979)

La película con mejor puntuación de Woody Allen no podía ser otra que la que lleva en el título el corazón de su querido Nueva York. Esta «Manhattan» es un clásico cuyas referencias e iconografía han traspasado la pantalla para convertirse en iconos pop . La fotografía del banco con los protagonistas sentados y el puente de Brooklyn al fondo es tan recordada como sus diálogos, y su tratamiento de la pareja, de los amigos y del trabajo dentro de la sociedad burguesa son tan actuales en 2019 como lo eran en 1979.

Annie Hall (1977)

La película con la que más estatuillas ganó, mejor película, director, guión original y actriz (Diane Keaton), y una de las más recordadas al hablar de Woody Allen. Los usuarios de Filmaffinity le dan un 8,1 (más que los de IMDb, que la dejan en un 8, lo que no es frecuente). Cuenta con esos «toques» autobiográficos (el protagonista es un cuarentón neurótico que actúa como humorista en clubs nocturnos) que le llevan a reflexionar por qué ninguna mujer le aguanta. El monólogo de él hablando a la cámara se ha «copiado» y referenciado en infinidad de ocasiones. Además, cuenta con alguno de los chistes (chistes directamente, no líneas de guion) más repetidos de la historia del cine.

Delitos y faltas (1989)

De nuevo con un elenco repleto de estrellas (Anjelica Huston, Mia Farrow, Martin Landau...), Woody Allen escribe, dirige y protagoniza una de sus más audaces obras. Dos hombres enfrentados a sí mismos y entre ellos, un asesinato que sobrevuela sus cabezas y de nuevo el matrimonio, la familia, la sociedad... Todo el universo burgués occidental condensado en dos tristes tipos.

Misterioso asesinato en Manhattan (1993)

Quizá la película en la que logra destilar toda la esencia y la magia de sus grandes películas de los setenta y ochenta para mezclarlas en un cóctel de comedia y thriller lleno de ingenio y sátira . Hay secuencias que hoy todavía funcionan descontextualizadas, como el mejor gag de los Monty Python, y otras que son una nota brillante dentro de una sinfonía perfecta en un conjunto memorable.

Hannah y sus hermanas (1986)

Siete nominaciones al Oscar, incluyendo dos estatuillas para Michael Caine y Dianne Wiest, y la constatación de haberse convertido en una de las mejores comedias dramáticas sobre las relaciones familiares en el contexto del Día de acción de gracias. «Hannah y sus hermanas» no necesita presentación.

Match Point (2005)

En 2004, Woody Allen entregó a sus seguidores este drama romántico con el que Scarlett Johansson terminó por consolidarse como una de las grandes actrices de su generación. Sea comedia o drama, la disección de la sociedad, la ambición, las pasiones y el sexo subyacen siempre con la misma fuerza. Y, por supuesto, la suerte, que determina si la bola entra o no por pura casualidad.

Desmontando a Harry (1997)

De nuevo como director, guionista y protagonista firma una de sus más ácidas comedias con un retrato que para muchos es el suyo propio: un exitoso escritor de mediana edad se ha servido con frecuencia de sus experiencias sentimentales y familiares para escribir sus obras , razón por la cual la mayor parte de sus amigos, parientes y ex-mujeres lo odian. Puede ser Harry o Woody, el caso es que el protagonista se encuentra solo en el momento de su vida en el que llegan los homenajes.

Zelig (1983)

Sin estar tampoco entre sus títulos más repetidos, Zelig se cuela entre las que mejor nota tiene para los usuarios de Filmaffinity. La sinopsis reza lo siguiente: Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de los años treinta, encaja a la perfección en todas partes porque asume las características tanto físicas como psíquicas de las personas con quien está para caerles bien.

La rosa púrpura de El Cairo (1985)

Poco habitual a pasear por los festivales, en esta ocasión se prestó a pasear por Cannes ... con Mia Farrow, que protagonizaba esta pequeña joya. Logró la nominación a mejor guion original con una historia sobre la Gran Depresión y las grandes depresiones diarias, con una mujer que tiene que aguantar a un marido que es un lastre y cuya única via de escape es el cine, donde sueña y se evade con las grandes estrellas.

Maridos y mujeres (1992)

Quizá nadie en la historia del cine haya tratado las relaciones de pareja con la profundidad con la que lo ha hecho Woody Allen. Y siempre con el humor como bálsamo. Aquí corría el año 1992, y el divorcio de Mia Farrow y Woody Allen en la vida real se aproximaba con todas las terribles consecuencias que todos conocemos. Pero antes, en pantalla, interpretaron a una pareja en crisis que en lugar de afrontar que el amor se había agotado (tras verlo en el matrimonio de amigos interpretado por Sydney Pollack y Judy Davis) preferían vivir aventuras extramatrimoniales.

Balas sobre Broadway (1994)

Dianne Wiest logró el oscar a mejor actriz secundaria con una historia que llegó a acumular siete nominaciones . Una comedia sobre la solemnidad y la pretenciosidad de los autores y directores teatrales aderezada con el atractivo que siempre tiene la mafia en el cine.

La última noche de Boris Grushenko (1975)

De nuevo encontramos uno de sus grandes títulos con él como actor protagonista. Aquí compartía cartel con Diane Keaton en una sátira sobre los grandes dramas románticos que se basaban en historias del siglo XIX.

Broadway Danny Rose (1984)

Con este filme logró una nominación a mejor director. Pese a que no está entre sus obras más populares, encaja perfectamente entre sus grandes obras de la década de los ochenta. Por supuesto, como era marca de la casa por aquellos años, tiene a Mia Farrow de protagonista.

Días de radio (1987)

Una de esas películas que generan conflicto entre los fans de Woody Allen. O se adora esta película o se manda al cajón de las «obras menores». Mia Farrow es la protagonista y viaja a los años 40, época dorada de la radio. Allen se sirve del aparato siempre encendido para hablar con nostalgia de una época pasada.

Otra mujer (1988)

Una de las pequeñas joyas de Woody Allen escondida entre las más populares. Aquí volvió a dirigir a Mia Farrow. Corría el año 1988 y todo lo que vendría después no lo podían ni imaginar.

Medianoche en París (2011)

La película con la que más nominaciones acaparó de los últimos años –guión original (que ganó), mejor película, director y dirección artística– es un canto de amor al París que flota en el imaginario colectivo pero que no es real. La sinopsis es la siguiente: Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer.

Toma el dinero y corre (1969)

Su ópera prima era un prodigio de escenas divididas en forma de sketches que llevan al espectador a reconstruir la vida del personaje principal, un patético atracador con una infancia y una vida tan tristes como él. El recurso de rodarla como falso documental es desternillante. Aquí una de esas escenas memorables.

La maldición del escorpión de jade (2001)

Otra de sus películas icónicas (antes de llegar a sus grandes trabajos) es la historia de este C.W. Briggs (Woody Allen), considerado el mejor investigador de una compañía de seguros de Nueva York. A partir de una sesión de hipnosis su trabajo se complica.

Poderosa Afrodita (1995)

Nos vamos de nuevo a los años noventa, una de sus décadas más fructiferas y afinadas. El personaje de esta prostituta torpe y con sueños de triunfar en el cine le valió a Mira Sorvino el Oscar a mejor actriz de reparto . Antes de esa poderosa afrodita, los protagonistas, el matrimonio formado por el propio Woody Allen y Helena Bonham Carter, deciden adoptar un bebé.

Interiores (1978)

Woody Allen es un icono de la comedia desde sus primeros trabajos, pero en el año 1978 se desmarcó con este «Interiores», un melodrama familiar con reminiscencias a Ingmar Bergman .

Acordes y desacuerdos (1999)

Uno de los grandes homenajes de Woody Allen a otra de sus pasiones, el Jazz . Aquí cede el protagonismo a Sean Penn y Uma Thurman en un viaje que lleva al espectador a EE.UU. en los años 30. Emmet Ray, el protagonista, es un genio del jazz con tendencia a meterse en problemas hasta que se echa una novia muda.

El dormilón (1973)

Primer viaje a los años setenta de esta lista gracias a una de sus propuestas más diferentes. La sinopsis suena a ciencia ficción, aunque el tono, la música y el ritmo no puede ser más característico de los años setenta: «Tras permanecer 200 años en estado de hibernación, Miles Monroe, clarinetista y propietario de una tienda de comida sana, despierta en el año 2.174 en una América regida por un estado policial que vigila día y noche a todos los habitantes del país, es decir, a aquellos que habiendo sido ciudadanos han dejado de serlo para convertirse en súbditos, en autómatas.»

De nuevo encontramos a Allen como director, guionista y protagonista en una comedia cargada de crítica a una sociedad adocenada.

Si la cosa funciona (2009)

Uno de sus éxitos más recientes es este «Si la cosa funciona», en la que cedió el papel protagonista a otro genio, Larry David, creador de Seinfeld. Fue el regreso del mejor Allen tras unos años sin grandes éxitos. De nuevo la crítica europea lo alabó mientras que la estadounidense lo vilipendió.

Todos dicen I love you (1996)

De nuevo al frente y detrás de las cámaras, Woody Allen logró una nominación a los Globos de oro como mejor película con esta historia de un matrimonio burgués de Nueva York. Una sátira sobre las relaciones familiares y de pareja.

Granujas de medio pelo (2000)

Woody Allen escribe, dirige y protagoniza esta hilarante comedia de atracos con Tracey Ullman, Hugh Grant y Michael Rapaport en el cartel. El protagonista, tras salir de la cárcel, monta con sus socios y su mujer una tienda de galletas al lado de un banco para excavar un túnel y robar la sucursal. El resultado se ha convertido en un «sketch» típico de programas de humor y series como Los Simpson. No haremos un spoiler si decimos que la banda termina ganando mucho dinero de una manera que no podían imaginar.