Agustín Díaz Yanes: «El pecado original de España son las divisiones territoriales»
El director de «Oro» refleja con crudeza las luchas cainitas de los españoles que cruzaban el Atlántico en busca de riqueza y ensalza el valor de aquellos hombres y mujeres
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Iniciar sesiónEn estos tiempos de sobreproducción fílmica, el nombre de Agustín Díaz Yanes (Madrid, 1950) evoca templaza. Hijo de torero y amante del western clásico, mide cada paso antes de lanzarse a rodar. Por eso, quizá, tan solo ha dirigido cinco películas en veintidós ... años. Solo un nombre le hace arriesgarse de más, el de su amigo Arturo Pérez-Reverte . Del escritor adaptó al cine la historia de «Alatriste», su personaje más popular, y ahora le pone imágenes a un relato todavía inédito, « Oro ».
P - En el filme se centra más en las luchas cainitas de los españoles...
R - Eso siempre ha sido así. Para los conquistadores, los nativos eran un elemento perturbador, pero más perturbador era que se quiseran quedar cinco con el oro y quitar a los demás. Al final iban a por eso.
Es la gran pregunta que nos hacíamos. A veces me preguntaban los actores y no sabía qué decir. Tu eres un señor de Trujillo, que no ha salido del pueblo, y con trece o catorce años, pobre como una mierda, te entra la ventolera y te vas a Sevilla, coges un barco, cruzas el Atlántico y llegas a un continente que no tiene nada que ver contigo, ni que se parece a lo que has visto, y te ves rodeado de selvas, de animales que no conoces, de hombres y mujeres que nunca has visto.. Y es como ir a Marte. Imagina a un tío del secarral de Extremadura en medio de la selva...
No lo sé, es otra de esas preguntas que siempre me hago. Es una aventura. Y con pocos medios. No es como ahora los americanos que van con unos aviones acojonantes. Estos llevaban armas más sofisticadas que los indígenas, pero al final eran arcabuces, algún cañón.. Siempre me ha dejado sin respuestas, nunca lo he podido comprender. Una vez fui al museo del Ejército y me dejaron una pica de las que usaron los tercios en Flandes. La intenté coger y no podía de lo larga que era y de lo que pesaba. Y estos, cargados en la selva y vestidos con andrajos y a saber cómo. Arturo dice que es porque eran duros como el pedernal. No lo sé, pero me asombra cuando leo cosas de los conquistadores de esos siglos.
P - ¿Cree que le podrán criticar por la imagen que da de la mujer en el filme?
R - Yo creo que no. Desgraciadamente la mujer en el siglo XVI, fuera o no aristócrata, no tenía nada: estaba sometida a lo que dijera el gilipollas de su marido y para parir… En «Oro» están representadas por encima de lo que eran. Y es así porque yo quería que fuera así.
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