Si quieres que haga mi película, pon dinero

Y aunque los medios se han hecho eco de esta información indicando que el pobrecito Lynch tenía que pedir dinero a sus fans, lo cierto es que la película en cuestión, « Lynchthree », es en realidad la tercera parte de un documental sobre la vida del director. El proyecto se financiará con la colaboración de sus seguidores, quienes a cambio de 50 dólares recibirán un póster, una camiseta o un bolso estampado con un autorretrato abstracto realizado por el cineasta . Pero, además, los fans podrán influir en el contenido del filme proponiendo preguntas que les gustaría que los documentalistas hicieran al creador de «Terciopelo azul» y «Twin Peaks».

Más allá del «enredo» mediático, lo cierto es que el crowdfunding es una alternativa nada despreciable en tiempos en los que la industria cinematográfica arriesga poco y se conforma con remakes . Este es el caso de « Iron Sky », una película finlandesa de ciencia ficción nazi que ya tiene el 90% de su financiación resuelto por la colaboración de los internautas y el del proyecto español « El Cosmonauta », en el que los usuarios pueden convertirse en productores del filme con tan solo dos euros de inversión.

Pero no solo los directores independientes optan por contar con la participación de las «multitudes» para sus proyectos, ni la colaboración pedida al público es siempre económica. Ridley Scott, director de películas como «Robin Hood» o «Alien», se encuentra actualmente junto a Kevin MacDonald llevando a cabo el proyecto del filme « La vida en un día », por el cual cualquier usuario de Youtube podrá el 24 de julio filmar una secuencia de su vida y colgarla en el popular sitio de vídeos para que luego forme parte del documental con el que ambos directores planean abrir el Festival de Sundance. El propio Kevin Smith, realizador de «Clerks», ha coqueteado con el crowfunding para su película «Red State» , pero finalmente dio marcha atrás cuando encontró un inversor.

La creciente participación de los usuarios no se limita solo a la parte económica sino incluso a la toma de decisiones . En el filme de cine colaborativo « La wikipeli », por ejemplo, los 3.257 internautas que «codirigen» el proyecto dan propuestas y votan sobre las decisiones de la película. En otros casos, la elección de los usuarios se limita a la película ya terminada, como es el caso del filme neo-neor interactivo de David Marcinkowski, « Sufferosa », o el de la cinta de terror alemana « The last call », donde la protagonista de la película llama al móvil de un espectador y, a través de un software de reconocimiento de lenguaje, la respuesta produce diferentes opciones de película.