'John & Yoko: One to one': si el 'flower-power' no funciona, empecemos de nuevo
Llega a los cines una extraordinario documental sobre la vida privada de la pareja que deviene en manifiesto político
Cuando a los Beatles les dijeron «tú no vales»: hallan la grabación de su audición fallida para Decca en 1962

«Bueno, no tengo ninguna intención de que me peguen un tiro». Con esta profética frase que encoge el alma, John Lennon responde a un amigo que le llama por teléfono para preguntarle si no le preocupa que haya gente a la que no ... le guste que se meta tanto en política. Como espectador, uno casi se siente privilegiado de poder escuchar una charla privada del ex Beatle, y eso hay que agradecérselo a la CIA y al FBI. No porque ellos la grabaran, sino porque lo hizo el propio Lennon, que en 1972 decidió tomar la precaución de registrar todas sus llamadas para poder demostrar qué decía exactamente en sus conversaciones si alguien intentaba manipularlas, ya que tenía sospechas de que le espiaban y le habían pinchado el teléfono. Lo tremendo es que no se equivocaba.
El documento es uno de los muchísimos audios que recoge el documental 'John & Yoko: One to one' que acaba de llegar a los cines españoles, también extraordinariamente bien surtido de fotografías y vídeos de la primera etapa post-Beatle de Lennon para ofrecer un conmovedor retrato de su apasionada búsqueda del camino para construir un mundo mejor.
Dirigido por Kevin Macdonald y Sam Rice-Edwards, el filme se presenta como una inmersión en la intimidad de John y Yoko pero acaba siendo mucho más que eso, al desentrañar la ansiosa voluntad transformadora del protagonista a través de su reacción ante diferentes episodios clave en el devenir de la historia estadounidense.
El documental arranca retrocediendo dieciocho meses para explorar los días en los que la pareja acababa de instalarse en Nueva York, compartiendo un pequeño apartamento en Greenwich Village. Allí se pasan horas y horas viendo la televisión, un invento por el que Lennon confiesa sentir fascinación al permitirle conocer lo que está pasando en cualquier parte del mundo. La guerra de Vietnam es, por supuesto, una constante fuente de frustración durante todo la película, pero hay otra tragedia mucho más cercana que le impacta profundamente.
Una noche emiten un reportaje del periodista Geraldo Rivera acerca de la institución mental infantil Willowbrook, y la pareja queda horrorizada. Cientos de niños estaban allí recluidos en condiciones infrahumanas, desatendidos, desnutridos y tirados en el suelo entre sus propias heces. Y no estaba ocurriendo en ningún país del tercer mundo, sino en la centelleante Nueva York.
Aquello movió a Lennon para organizar el One to One Benefit Concert, celebrado el 30 de agosto de 1972 en el Madison Square Garden y el único que dio tras la disolución de los Beatles. La actuación, llena de momentos memorables, se va intercalando con diferentes momentos del activismo político que desarrolló durante aquel convulso año, en un metraje tan trepidante como cautivador.
Durante aquellos meses criticó duramente las mentiras de Nixon sobre la guerra, arremetió contra las autoridades por la matanza de la cárcel de Attica, y participó en el concierto de homenaje a John Sinclair, escritor, poeta, ex manager de MC5 y también activista, que estaba en prisión con una condena de diez años por llevar dos porros de marihuana en el bolsillo. Y que misteriosamente, fue liberado dos días después del recital dándole una victoria de lo más inesperada a Lennon.



Antes del One to One Benefit Concert, Lennon había tenido otra idea: hacer una gira conjunta con Bob Dylan, que recorrería el país recaudando dinero para los presos que no pudieran pagarse la fianza. Un capítulo interesantísimo ya que se sumerge en la crisis reputacional de Dylan tras comprar un edificio de oficinas para hacer negocio. Los colectivos activistas le tachan de traidor, de capitalista, e incluso rebuscan en su basura para sacarle algún trapo sucio que manche su imagen. Encuentran una jeringuilla.
Lennon se involucra también en la marcha contra la Convención Republicana de aquel año, cuya víspera genera una situación de tensión insoportable en todo el país. A eso se suma la amenaza del Gobierno de deportarle, con lo cual la idea de la gira con Dylan queda desechada. Es entonces cuando se centra en el One to One Benefit Concert, en el que por supuesto también participa Yoko, que protagoniza algunos momentos cruciales del documental y brinda un hilarante McGuffin con la intermitente narración paralela de la búsqueda de unas moscas vivas para usarlas en una de sus instalaciones artísticas.
Pero poco o nada se cuenta sobre su relación, más allá de las enternecedoras quejas de John cuando lamenta que la prensa británica la considere «fea», y de lo protector que se pone cuando algunos fans enloquecidos la amenazan de muerte provocándole tres abortos por el estado de nerviosismo.
MÁS INFORMACIÓN
Tampoco se explora el lado oscuro de Lennon, ni sus adicciones. Pero este documental no era el momento ni el lugar. Con un montaje tan espléndido como el propio material de que dispone, 'One to one' muestra a un hombre que quiso hacer el bien desesperadamente. «El flower power no funcionó, así que empecemos de nuevo», dijo a su audiencia del Madison Square Garden.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete