Dos balazos de Álex de la Iglesia, pero el León lo caza Sofia Coppola

La cuestión es que una película tan endiabladamente compleja y asombrosamente visual como «Balada...», que les ha convencido de que tiene el mejor guión y que lo ha puesto en escena el mejor director no ha terminado, en cambio, con el premio lógico, o sea, el de mejor película o León de Oro. Lo cual, teniendo en cuenta, además, que las interpretaciones de algunos de sus actores es lo mejor que se ha visto en este festival, la argumentación se queda todavía más a oscuras.

El acuerdo ha sido otro: la película de Sofia Coppola, «Somewhere», ha sido finalmente la elegida para ganar el León de Oro. Se premia, pues, a una obra diametralmente distinta a la de Álex de la Iglesia: las armas de «Somewhere» son otras: la contención, la sugerencia, la inmovilidad, la soledad del personaje en el plano... Otro mundo. Por lo que sea, tal vez por la misma diferencia que separa a directores como Tarantino o Salvatores, el caso es que este singular palmarés ha querido premiarlos a ambos.

Se puede entender todo esto, y del mismo modo se puede entender que se decida premiar con el Especial del Jurado a Skolimowsky y su película «Essential Killing», que proponía una historia desfondada, la de un talibán que huye por un bosque helado del norte de Europa; incluso se puede entender que se inventen otro premio también Especial para que no se quede fuera el veterano Monte Hellman y su película «Road to nowhere»...

Pero, a pesar incluso del visionario jurado, es absolutamente incomprensible que se haya quedado fuera la película de Darren Aronofsky, «Black Swan», y sobre todo, que se haya ignorado por completo la interpretación absolutamente magistral de Natalie Portman (sí han visto, y bien vista, la de Mila Kunis para darle un galardón como actriz joven). Ganó la Copa Volpi como mejor actriz de esta edición de la Mostra la griega Ariane Labed, por su fresco, sí, enrollado, también, trabajo en «Attenberg», de Atina Rachel, una película que llegaba ella cuando tú ya te ibas...

Lo del premio de interpretación masculina es especialmente chocante, pues, aún dentro de la escasa calidad del cine que ha mostrado la Mostra, había varias interpretaciones sobresalientes, empezando, claro, por las de Antonio de la Torre y Carlos Areces, pero también la de Silvio Orlando y otras, incluida, de refilón, la de Vincent Gallo en la película de Skolimowski, donde interpretaba al talibán acosado, y que resultaba algo más floreada que la de Stallone en su también acosado Rambo, pero poco más.

De cualquier modo, la 67 edición del Festival ha tenido una vida breve y tendrá una memoria aún más breve, aunque al menos, a falta de más cine imperecedero, se ha conseguido adornar un Palmarés en el que hay un León de Oro de prestigioso apellido y de buen cine y bien calculado; y también hay un doble premio para el cine español, concentrado en una sola película, pero que ha explosionado en el aburrimiento general del certamen como si fueran tres.

Y la gran pregunta es qué cara se le habrá quedado al orientalista Tarantino al no haber podido meter ni una esquirla entre los premiados del cine chino y japonés que tanto le gusta, y especialmente este año que ha venido bien armado de cuchillos, espadas y héroes legendarios.