El doble salto mortal de Robert De Niro a los 81 años: interpreta a dos capos de la Mafia en 'The Alto Knights'

A sus 93 años, la energía, la sonrisa y la ilusión del productor Irwin Winkler llenan la sala del hotel de Londres donde recibe a ABC para hablar de su última película, 'The Alto Knights', una película que, lejos de ser un mero ejercicio de nostalgia cinematográfica, representa para él una mirada retrospectiva y crítica al mundo del crimen organizado y sus implicaciones en la sociedad estadounidense. Con una carrera que abarca décadas y títulos inmortales como 'Rocky' y 'Uno de los nuestros', Winkler demuestra una vez más que sigue siendo un narrador incansable, apasionado por encontrar nuevas formas de contar historias que capturen la esencia de los personajes, los dilemas morales y las estructuras de poder.

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Para Winkler, la fascinación por la figura de Costello se remonta a su juventud en Nueva York, cuando descubrió que este mafioso no encajaba en el arquetipo del gánster brutal y rudo que Hollywood había inmortalizado en sus películas. «Siempre me llamaba la atención Costello porque no era como los mafiosos que veía en mi infancia, esos tipos duros interpretados por James Cagney y George Raft, con gabardinas y pistolas en la cintura», recuerda con entusiasmo. «Costello era diferente. Vestía trajes hechos a medida, vivía en un apartamento lujoso en Central Park, asistía a los grandes eventos de caridad y estaba casado con una mujer judía, algo impensable para un gánster italiano de la época. Me parecía fascinante su ambigüedad, su habilidad para moverse entre dos mundos, el de la élite y el del crimen».

El guion de la película fue escrito por Nicholas Pileggi, el legendario periodista y guionista detrás de 'Uno de los nuestros', cuyo conocimiento sobre el crimen organizado es, según Winkler, inigualable. «Nick fue reportero en Associated Press, lleva décadas investigando a estos tipos, hablando con ellos, entendiendo cómo funcionan sus mentes. Nadie en Nueva York sabe más sobre la mafia que él», afirma. «Originalmente íbamos a centrarnos sólo en Costello, pero Barry propuso ampliar el foco e incluir la perspectiva de Genovese, mostrando ese choque de estilos que define la historia: por un lado, Costello, que quiere ser un hombre de influencia, mantener la paz, jugar a dos bandas con la política y el crimen; por otro, Genovese, que abraza su identidad de mafioso sin remordimientos. Hay una línea en la película en la que dice: 'Soy un gánster, eso es lo que hago y me gusta'».

Uno de los aspectos más comentados de 'The Alto Knights' ha sido la decisión de que De Niro interprete ambos papeles, algo que ha generado polémica y cierto escepticismo entre algunos críticos. «Mira, cualquier cosa que sea diferente genera resistencia», dice Winkler con una sonrisa que denota años de experiencia lidiando con sus detractores. «Hay críticos que lo ven como un acto de vanidad, como si De Niro quisiera demostrar que es insustituible en la era de la inteligencia artificial y los efectos digitales. Pero no es una cuestión de ego, sino de narrativa. No creo que hubiéramos conseguido la misma intensidad emocional con dos actores distintos. Es más, algunas personas que han visto la película me dijeron que tardaron en darse cuenta de que era el mismo actor en ambos papeles, lo cual es un testimonio del increíble trabajo que De Niro ha hecho».

Más allá de la técnica, la película explora la fascinación que el público sigue teniendo por las historias de mafiosos. «Siempre ha habido una especie de romanticismo en torno a la mafia, porque muchos de estos hombres venían de familias inmigrantes pobres, sin acceso a la educación, sin oportunidades reales para ascender socialmente», reflexiona Winkler. «Algunos se convirtieron en doctores, abogados o profesores; otros, en criminales. Pero el cine los ha presentado muchas veces como figuras casi heroicas, rebeldes que luchan contra el sistema para hacerse un lugar en el mundo».

Y aunque 'The Alto Knights' sigue, de alguna manera, esa tradición, también desmitifica el mito del mafioso encantador. «La diferencia con 'Uno de los nuestros' o 'El padrino' es que aquí vemos un punto de inflexión del crimen organizado cuando el FBI reconoce que hay una red de mafiosos, que no son casos aislados».

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Pero, en esencia, ¿de qué trata realmente 'The Alto Knights'? Winkler lo tiene claro: «Es una película sobre ambición. Sobre compromiso. De personas que vienen de circunstancias muy difíciles y cómo quieren tener éxito, y todos los problemas que pueden surgir con ello. Y es sobre la amistad que se convierte en tensión, que puede ser destruida».

Con su inagotable pasión por el cine, Winkler deja claro que no piensa retirarse. «No sé hacer otra cosa y no quiero aprender», bromea. «Mis hijos y ahora mi nieto trabajan conmigo, seguimos haciendo películas porque nos encanta contar historias».