'Bridget Jones: Loca por él' y 'La tutoría': Renée y Renate, dos maneras de caer simpática, la natural y la exprimida

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Lucía Cabanelas

Renate ganó el premio de interpretación en Cannes por su increíble y encantador personaje en 'La peor persona del mundo' (2022), que fue, precisamente cuando le echó el ojo el mundo a ella, y Renée lo ha ganado todo, hasta el Oscar por su papel de Judy Garland en 'Judy', y antes había ganado un Oscar de reparto por 'Cold Mountain'. A Renate Reinsve se la amó al instante y con su interpretación reciente en 'A different man', película que asalta con un sublime encanto, sella ese amor con el público como si hubiera grabado a navaja un corazón en el tronco de un árbol. A Renée le cuesta más trabajo gustar, sea en sus mejores o en sus peores películas; es como si se hiciera 'bola' de puro blandengue incluso en sus películas más duras, como 'Cinderella Man' o 'Appaloosa', pero estuvo a punto de caer simpática en la modalidad de fresca con aquel primer 'Bridget Jones' donde solo quería adelgazar y ligar con el bandarra de su jefe, Hugh Grant.

Y esta semana llegan las dos a la cartelera, Renate Reinsve con un drama noruego titulado 'La tutoría' y Renée Zellweger con la cuarta entrega de Bridget Jones, 'Loca por él'. Nada hay en común en estas dos películas, como apenas nada hay en común en estas dos actrices, salvo que representan las dos maneras de caer simpáticas, la natural y la exprimida.

'La tutoría' es la primera película que dirige Halfdan Ullmann Tondel, nada menos que el nieto de Ingmar Bergman y de Liv Ullmann, y es un drama reconcentrado en un solo hilo argumental y un espacio, un colegio al que acude una madre (Renate) porque su hijo de seis años ha tenido un capítulo de abusos con otro niño. La primera hora es densa y se apelotonan el sudor, los conflictos y el pasado turbio de la madre, viuda, con los padres del niño supuestamente agredido. Interesante descripción del lugar y los personajes, tutores y padres (los niños no aparecen), con un progresivo aumento de la viscosidad y la intriga, y que desemboca hacia un embarrado simbólico y psicológico…, como si quisiera asomar el abuelo por algún lado. Pero el trabajo de Renate Reinsve es excepcional y borda varias escenas al límite y que explosionan en risa, en llanto, en humor, desolación y sin perder nunca el hilo de simpatía con el espectador.

'Bridget Jones: Loca por él' es otra cosa, es una comedia sin demasiada pasión por la simbología ni la psicología; es vocacionalmente plana, con unos personajes ya conocidos, Bridget viuda y cursi un poco al estilo Doris Day, Colin Firth un poco muerto, Hugh Grant en su salsa viciosilla y la incorporación de Chiwetel Ejiofor como profesor con algún deje, poco, de personaje del abuelo Bergman. A Renée Zellweger, como siempre, no le resulta fácil gustar aunque (más bien, porque) despliega todo su catálogo de mohines mientras rechupa su perpetuo limón; pero hay que reconocerle que se acaba haciendo simpática a su manera, y la película, a falta de mejor historia, intenta hacerse útil al juntar algunos cables sensibles sobre la memoria, la paternidad, el amor persistente y la solidez de la familia. Como tantas otras películas olvidables, 'Bridet Jones: Loca por él' tiene la gracia del momento, del instante, siempre que ese momento sea el adecuado para el que la ve.

Dos películas que no se parecen en nada, 'La tutoría' y 'Bridget Jones: Loca por él', y dos actrices muy distintas, Renate Reinsve y Renée Zellweger, y ambas con armas contrarias para caer simpáticas, y si uno no se equivoca cualquiera de las cuatro, películas y actrices, le puede resolver el rato de la tarde.