Marisa Paredes, la sublime elegancia de una actriz de casa

Aquella luminosa Marisa Paredes empezó suavemente en el cine y dio su primera voz importante con Fernando Trueba en 'Ópera prima', aunque su auténtica revolución como actriz de pantalla grande fue con Pedro Almodóvar. Tanto le ha dado Almodóvar a Paredes, como, visto con el tiempo, Paredes a Almodóvar, con quien ha hecho media docena de aquellas películas, tal vez irrepetibles, y con quien encontró en cierto modo una de las flores de su secreto como actriz. Y junto a Carmen Maura le dio sentido a ese gran universo de 'las chicas de Almodóvar'.

Su principal rasgo como actriz es que le ponía unos gramos de academicismo a sus modos interpretativos, a la vez que una fresca corriente de modernidad…, una voz hermosa, una actuación sólida y bien vestida en aquel cine primario y fresco de Almodóvar que la acogía en su interior como a una reina con su elegancia a veces surrealista. Las pasiones puestas a hervir de Almodóvar en el cuenco perfecto de Marisa Paredes. En 'Tacones lejanos' y, sobre todo, en 'La flor de mi secreto' el imperio de esta actriz en el cine de Almodóvar alcanzó su cumbre y le permitió convertirse en un primer nombre internacional y trabajar en cinematografías y con directores de todo el mundo, desde el italiano Roberto Benigni ('La vida es bella'), los mexicanos Arturo Ripstein ('Profundo carmesí', 'El coronel no tiene quien le escriba') o Guillermo del Toro ('El espinazo del diablo'), el portugués Manoel de Oliveira ('Espejo mágico') o el americano Nick Hamm ('Pasiones rotas')…

Hizo mucho cine fuera, digamos, de Almodóvar, aunque el sello de este director ya nunca dejó de llevarlo impreso. Tiene grandes trabajos con Chávarri, con Agustí Villaronga, con Borau, con Jaime Rosales y la estupenda 'Petra'. Una actriz de casa, muy cercana, pero allá a lo lejos y con ese brillo y elevación de las grandes de este arte.