La mecánica del exterminio

Alain Resnais desconocía que el decreto también perseguía cualquier indicio de ser un opositor, un comentario en un bar por ejemplo, y que se aplicaba igual en Alemania. Casi todo el mundo, salvo los animales nazis, ignoraban que el régimen salvaje pretendía asesinar en 30 años a 31 millones de personas, y esclavizar a 14 millones en los territorios del este, mientras los llenaban de arios auténticos. Tampoco se sabía que matar a mil personas al día resultaba un resultado muy pobre para los jerarcas nazis, y se ignoraban los experimentos con mujeres embarazadas, en aras de mejorar la raza y eliminar a los inferiores.

Lo anterior y mucho más, detallado, analizado y deconstruido con un rigor histórico asombroso, se puede leer en «La mecánica del exterminio», en editorial Crítica, de Xabier Irujo, catedrático en EEUU de Estudios del Genocidio. Creía que me había helado la sangre el magistral trabajo de Saul Friedlander «El tercer Reich y los judíos», un trabajo igual de preciso, solo que al ser de 2009 carece de tanta información como el presente, y bucea más, en el primer volumen de los dos, en los motivos de la explosión del nazismo. «La mecánica de la destrucción», sin embargo, ahonda en los métodos de La industrialización de la muerte en los campos de concentración nazis, subtítulo del tratado.

El magnífico trabajo recuerda a otro terminado en 2013 para el Museo del Holocausto de EEUU. El trabajo de 2013 subraya que había en la Europa nazi 42.500 centros de detención, 30.000 campos de trabajo forzoso, 980 campos de concentración, 1.150 guetos y los muy pocos definidos como campos de exterminio. Xabier Irujo destaca en su poderoso análisis que la mayoría de los números citados fueron centros de exterminio.