Crítica de 'The Last Showgirl' (**): Un raro trío con Coppola, Pamela Anderson y Jamie Lee Curtis
Una película llena de tristeza nocturna, algo convencional en su desarrollo melodramático, pero con la fuerza y verdad de unas actrices con ganas aún de jaleo

La nieta de Francis Ford Coppola, Gia Coppola, tiene ya firmadas varias películas pero en esta última, 'The Last Showgirl', ha hecho algo realmente importante: rescatar a Pamela Anderson, una actriz cuya carrera profesional consistía en las que se daba por la ... arena en 'Los vigilantes de la playa' y poco más. En esta película ha hecho el papel de su vida, una bailarina de cabaret ya exprimida y vacía que paladea con encanto y franqueza el sabor de sus fracasos. Aprovecha Anderson esta oportunidad y demuestra que tiene muchas más cosas que ofrecer a la cámara que el bamboleo de su cuerpo, aunque también.
La historia que cuenta Coppola es pura carne de melodrama, pero con espíritu 'indie' (poco presupuesto) y con la mirada puesta en esos ambientes nocturnos de Las Vegas en la otra esquina del lujo y del neón, un mundo en decadencia, terminal, pero en el que habitan personajes vulnerables e intensos sentimientos. Lo mejor de la película es, sin duda, Pamela Anderson, encantadora, frívola, ligera, profunda y que arrastra un enorme desengaño vital; tiene una hija, que siempre vivió con otra familia de acogida y con la que mantiene una relación desastrosa, y tiene una amiga y compañera, papel que hace con su gracia y desinhibición habitual Jamie Lee Curtis, y aún hay otro gran personaje que cobra interés según avanza la trama y lo interpreta, con voz tonante, Dave Bautista.
Una película llena de tristeza nocturna, algo convencional en su desarrollo melodramático, pero con la fuerza y verdad de unas actrices con ganas aún de jaleo.
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