Crítica de 'Misión imposible: Sentencia mortal': Ethan Hunt, la pócima de la eterna juventud de Tom Cruise
Puede el espectador estar encogido por los excesos de adrenalina y sobrecogido por las pasiones que se intuyen y cruzan
Tom Cruise y su séptima misión imposible
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Iniciar sesiónLa auténtica misión imposible era llegar hasta aquí, treinta años después, con el mismo actor protagonista, Tom Cruise, en el papel de Ethan Hunt, un personaje de ficción que puede darse el lujo de no envejecer y que el tiempo no le impida estar a ... la altura de unas secuencias de acción propias de un chaval de veinte años y pasado de rosca. Ethan Hunt no pierde fuelle, pero es que Tom Cruise, tampoco, y realiza él mismo esos prodigios físicos espeluznantes con un arrojo y un riesgo que no se paga con dinero, al menos a un multimillonario como él.
La verdadera misión imposible de Tom Cruise
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Esta penúltima película de la serie (el Parte Uno del título no deja dudas de que hay, al menos, una próxima) es, como se puede sospechar, una avalancha de acción, adrenalina, persecuciones y secuencias en las que Tom Cruise rompe el tensiómetro de un farmacéutico, Hay una que pasa por ser 'la secuencia de acción más espectacular jamás rodada', y hay un pequeño documental que atestigua cómo se hizo: ¡Dios Santo!, Tom Cruise, a sus 61 años, se lanza con una motocicleta por un despeñadero al que no se acercarían ni las cabras. Lo hemos visto colgarse de aviones en marcha y de riscos en la cumbre, deslizarse por ventanales de rascacielos, bailar la conga en lo alto de un tren a toda velocidad…, pero esto de la moto por los aires a cientos de metros del suelo, a esas edades en que se prejubilan los funcionarios, francamente, le dan a uno ganas de dejar los viajes del Imserso y comprarse una brújula.
El argumento, en lo físico, está en la línea de toda la serie, y Ethan Hunt y su equipo tienen la misión de impedir que un arma temible caiga en manos de esa red misteriosa que quiere acabar con el mundo. Y repasa asuntos del mundo digital como la privacidad, la adulteración de lo real y la información falsa. En fin, el tic-tac que es la sal y la pimienta de estas películas con un nivel técnico insuperable. Pero en lo emocional, lo sentimental y lo 'humano' adquiere mucha más profundidad. En realidad, sigue en la estela de las dos anteriores, también dirigidas por Christopher McQuarri ('Nación secreta' y 'Fallout'), en las que el personaje interpretado por Rebecca Ferguson, Ilsa Faust, es impresionantemente bueno y atractivo; el efecto en la serie ha sido notabilísimo: una vez sacada la dulce Michelle Monaghan del corazón de Ethan, ha entrado allí Ilsa-Ferguson como Katharine Hepburn en el de Cary Grant en 'La fiera de mi niña'.
Y continúa en esta 'Sentencia mortal' la invasión de Ilsa en el corazón de Ethan, pero le deja hueco además para que entre Hayley Atwell, poderosa, atractiva y repleta de puntos suspensivos… De hecho, el trío femenino protagonista, con Ferguson, Atwell y la recuperada Vanessa Kirby, que no dejan respirar a Tom Cruise, es precisamente el aire que sí respira la historia con tanto exceso de oxígeno en lo sentimental como en las escenas de acción. Puede el espectador estar encogido por los excesos de adrenalina y sobrecogido por las pasiones que se intuyen y cruzan. Ellas son la sístole y la diástole de la trama, su bombeo y su escasa, íntima, relajación. La moto, el sprint y ese sentido hawksiano de la camaradería, ya lo pone Cruise.
Si alguien consigue salirse del centro de la película, tal vez considere que el apartado 'villanos' no alcanza la cima, y entiéndase como cima aquel tremendo Philip Seymour Hoffman de la número 3, la brujísima Léa Seydoux o el sorprendente Henry Cavill de la justo anterior. En fin, aquí son malos, intentan hacerlo lo mejor que pueden, el guion les otorga poderes extraños, sí, pero Esai Morales no le da a la cámara esa sensación de pudrir la fruta con la mirada como Philip Seymour Hoffman.
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