Crítica de 'Horizon: An American Saga – Capítulo 1' (***): El primer cuarto de un wéstern gigantesco

Antes de entrar en consideraciones sobre este cuarto y mitad de película, la consideración más urgente es que Kevin Costner se trae hasta la más grande de las pantallas ese 'síndrome continuará' de las series de la pequeña pantalla. Es, por lo tanto, una inversión: ya se verá si también económica, pero, por lo pronto, una inversión (alteración) de la actualidad del gran relato cinematográfico que ahora siempre busca 'las teles'. Pero es Costner, una estrella, un actor de época, incluso un director de wésterns casi tan magníficos como algunos de sus prestigiosos predecesores.

'Horizon…' es un wéstern, y con toda la vocación de clasicismo, de pureza, que, si bien no se aprecia en su arranque con toda claridad, sí deja entrever que su camino sólo puede ser ése. Estas tres primeras horas pueden considerarse como un largo preámbulo, un derramar en el tapete del relato la variedad de personajes, de causas y de efectos que se supone compondrán el gran fresco americano pretendido: varias historias que se cruzan y que apuntan y plantean varios de los conflictos que se desarrollarán, desde la colonización de las tierras, las luchas con las tribus nativas, la aventura de levantar poblados, crear sistemas legales o afrontar las diversas 'fiebres', como la del oro o el afán de grandes territorios y posesiones.

Una película panorámica que abre ya los intensos dramas y personajes que probablemente tomen consistencia en la totalidad de la obra, aunque en esta 'pequeña entrega' no se acierte a enfocar toda la grandeza que promete en su viaje por el Viejo Oeste. Es muy potente en su arrancada, con un episodio lleno de crueldad en la lucha entre colonos y los indios apaches que los ven instalarse en sus tierras. Hay drama, tragedia, tensión y una cierta precaución de Costner por instalar correctamente la cámara en los dos bandos. Costner no aparece hasta bien entrada la película, en un episodio drástico en un pueblo minero… Pero la saga sigue y seguirá, y en esta primera entrega se le ve la ambición y la promesa de horizonte.