Crítica de 'Furiosa' (****): El vértice donde Mad Max reúne gasolina y mitología
Casi todo es acción a lo grande, y George Miller arma un guion que enlaza por detrás con la anterior
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Iniciar sesiónHace cuarenta y cinco años de la primera, 'Mad Max, salvajes de autopista', y nueve de la anterior, 'Mad Max, furia en la carretera', y llega ahora ésta aún más salvaje y más furiosa. En realidad, la nueva entrega de George Miller es oportunísima: ... viene a aclarar el panorama general de toda la serie, le da entidad, historia, contexto y olor a saga. Además explica de una manera complicadísima de hacer pero fácil de entender algunos secretos para lleva a la gran pantalla, a la vez, espectacularidad, amenidad, narración y torrente de adrenalina. Como todas las series o sagas que se eternizan, en algún momento tendrá que hincar el pico, pero no va a ser en esta ocasión ni probablemente en la siguiente, porque se queda abierta de par en par y a la espera ya de que entre la próxima.
El espectáculo comienza al mismo tiempo que la película, y con unas agitadas secuencias en las que aparece Elsa Pataki; no es un gran papel y en seguida pasa a la retaguardia de la historia, pero qué bien queda siempre en pantalla. Los protagonistas son la Furiosa del título, que interpreta Anya Taylor-Joy (y también, de niña, la fantástica Alyla Browne), y el villano Dementus, que es el papel que hace Chris Hemsworth, el marido de Pataki, quien, como ella, tampoco queda nada mal en pantalla.
Casi todo es acción a lo grande, y George Miller arma un guion que enlaza por detrás con la anterior, 'Furia en la carretera', y cuenta una aventura que la precede, la explica, o sea, lo que se viene llamando una 'precuela', con lo que, de repente, toman sentido general y aclaratorio muchos detalles de todo ese universo postapocalíptico y motorizado. Es envidiable la pericia de este director para las escenas imposibles, con una sinfonía continua de la acción, la destrucción y el movimiento; con mucho sentido en el juego también de los planos cortos, de los rostros, los temperamentos y los pliegues del argumento. Y fabuloso todo su desarrollo, los múltiples detalles y los suaves escalones temporales…, parece imposible, pero apenas si se aprecia el cambio de la niña Alyla Browne, la primera Furiosa, a su parte ya adulta que interpreta Anya Taylor-Joy: una transición invisible que queda absorbida por el buen ritmo de la película y el talento de su director. Es decir, que, aunque no es una obra que presuma de sutilezas, las tiene y funcionan a pesar de ser casi indetectables entre tanta acción y entretenimiento.
Hay muchos personajes y todos en lucha contra todos, pero la historia nunca te descoloca ni pierde el sentido, ni tampoco un cierto grado, sin exagerar, de sensibilidad, con asuntos maternales, de dignidad, de pertenencia y de camaradería. Nadie diría nunca que está ante un Shakespeare, sino más bien ante una peli de consumo rápido, pero hay ráfagas, destellos, intenciones, que lo miran de lejos; por ejemplo, las partes más profundas de Chris Hemsworth, en las que está espléndido, con una aportación y calado a su personaje que, quizá, no estaba ni previsto. En sus partes brutas y graciosas también está 'sembrao'. Es decir, que se puede tener esa notable arquitectura humana y ser a la vez un muy buen actor. Y ella, Ana Taylor-Joy, siempre buscando el jaque mate, como en 'Gambito de dama', es una buena sustituta o antecesora de Charlize Theron.
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