Crítica de 'Hasta el fin del mundo' (***): Un wéstern clásico con timbrazos modernos
Los conflictos, los detonantes de la acción, las explosiones de violencia tienen mucha fuerza, aunque casi toda la pone Garret Dillahunt
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La primera película que dirigió Viggo Mortensen, 'Falling', era un sensible dramón familiar y esta segunda es un wéstern clásico en su forma aunque con varios detalles de 'modernidad' en su tratamiento de algunas situaciones y personajes, bien construidos pero poco habituales en el ... wéstern. Una mujer, Vivianne, de extremada libertad en un lugar y una época (y un género cinematográfico) que no era propicia para ello, y un hombre, Olsen, de pasado bélico, de presente tranquilo y de futuro borroso…, y ambos extraños (extranjeros) en un pueblo típico del Oeste. Ellos dos construyen la historia, que ya sí se rodea de los elementos clásicos, el poderoso ranchero, su descerebrado hijo, la catadura moral de 'las fuerzas vivas' y la inminente Guerra de Secesión.
Vicky Krieps, la actriz de 'El hilo invisible' o de 'La emperatriz rebelde', encarna a la singular Vivianne con los hilos y la rebeldía que necesita para pulsar las teclas precisas en las subidas emocionales del argumento, y Viggo Mortensen tiene ese punto de control, de delicadeza y también de dureza que describen bien a Olsen, un danés en el salvaje Oeste. Y la relación entre ellos es el arma mejor calibrada en manos de Mortensen, también en la mirada, pues la llena de imágenes, vitalidad y sentimientos de todo tipo, muchos de ellos volcados en la convivencia equilibrada entre lo masculino y lo femenino…, un dilema poco explorado por el wéstern.
Los conflictos, los detonantes de la acción, las explosiones de violencia tienen mucha fuerza, aunque casi toda la pone Garret Dillahunt, que encarna al villano con mucha naturalidad y eficacia para ennegrecer lo que era una historia de amor, comprensión y grandes paisajes. No le favorecen, por no decir que sobran, la fragmentación temporal, el excesivo subrayado de la vida anterior de los protagonistas o una cierta caída en lo lírico o fantástico, aunque el encanto y fortaleza de Vicky Krieps (y su aire fugaz a Meryl Streep) junto al deje Aragorn que ya no se le quita a Viggo Mortensen liman cualquier aspereza o sobrante. Además, un wéstern en el que se ve el mar siempre hay que mirarlo con otros ojos.
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