Crítica de 'El especialista' (***): el cine y el amor como deportes de riesgo

Gosling interpreta a Colt Seavers, el doble de acción de una estrella de Hollywood, el que se tira por el precipicio, salta por los aires, se estrella con el coche…, y Emily Blunt es Jody, la chica del rodaje con talento para ser directora y hacer la película con la que siempre ha soñado. El guadianeo de su relación es la médula de la trama, que se adorna con la divertida acción del interior de la película que se rueda, que tiene una pinta horrorosa y un poco en el estilo del cine que le gusta al director, David Leitch, aunque también haya hecho 'Bullet Train', y se completa con una trama 'real' (fuera del rodaje) en la que Gosling tiene que rescatar a la estrella, Tom Ryder, de una banda de delincuentes.

El guion de Drew Pearce (basado en una serie televisiva) está lleno de detalles e ingenio, las tramas que se cruzan son enérgicas y la puesta en escena es espectacular y atiborrada de los trucos del cine, pero todo ello no iría muy lejos sin Gosling, Blunt y su garrafón de carisma, de química, de esa mezcla de encanto y chulería que Gosling borda habitualmente y en la que Blunt se está doctorando.

Aparte del entretenimiento y de un sentido del humor que le permite al cine reírse un poco de sí mismo y de sus estrellas, 'El especialista' ofrece un tutorial del mundo de los efectos especiales y de los riesgos al filmar ciertas escenas. Y aunque Gosling haya hecho de doble, quien ha corrido auténtico peligro ha sido el que lo ha doblado a él.