Crítica de 'La deuda' (**): Con la mala suerte en los talones
Se le quedan a 'La deuda' algunos detalles en el aire, tanto dramáticos como de suspense
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Daniel Guzmán en 'La deuda'
Daniel Guzmán, un actor sobrio, dramático y con un buen punto de humor detrás de la cortina, ha dirigido ya varios largometrajes (el primero, 'A cambio de nada', era excelente) y ahora estrena 'La deuda', un thriller jaspeado de drama social que trata, no de ... refilón sino en su esencia, sobre la vejez, la dependencia, la exclusión social, la fatalidad y el sentimiento de culpa y deuda. El personaje protagonista, interpretado por el propio Daniel Guzmán, vive en una olla exprés: sin trabajo, sin dinero, junto a una anciana nonagenaria a la que cuida (como ella lo cuidó a él de niño) y a la que le van a expropiar el piso.
Lucas es tenaz, optimista, buen tipo y con más energía que talento para arreglar las múltiples goteras de su vida, y el argumento lo envuelve en una catarata de dislates, de malas decisiones y de situaciones muy forzadas y no siempre verosímiles, pero la película se deja acompañar por la franqueza y cercanía de los personajes, como los que interpretan Susana Abaitua o Itziar Ituño, ambas la brújula moral que indica el norte de la historia: la inocencia, la compasión y que la culpa pesa.
Tiene mejor peso y medida la parte dramática (salpicada de cierto encanto y sentido del humor) que la de thriller, pues siempre es más complicado en una producción pequeña las escenas de acción, violencia y persecuciones, pero entre el Daniel Guzmán director y el Daniel Guzmán actor consiguen mantener el ritmo ágil y la tensión alta. Se le quedan a 'La deuda' algunos detalles en el aire, tanto dramáticos como de suspense (el 'macguffin' esquivado en el maletero), como en general se le quedan a cualquier vida desdichada.