Crítica de 'Morbius': El universo Marvel se expande pero el interés se contrae
Nada demasiado brillante ni demasiado profundo, por lo que hay que sospechar que tendremos Morbius para rato
Jared Leto, protagonista de 'Morbius'
El director sueco de origen chileno Daniel Espinosa , que ya tiene mucho recorrido en el cine de acción, de intriga y de ciencia ficción, entra ahora en el universo Marvel como 'spin-off' y con evidentes intenciones de inaugurar una saga con el ... personaje de Morbius , el doctor Michael Morbius , bioquímico con una rara enfermedad en la sangre y que, empeñado en encontrar el elixir curativo, acaba poniéndosele el colmillo hiperactivo y hermanándose con esos primos viciosos de los murciélagos que son los vampiros.
La película empieza por el principio, o sea con la infancia de Morbius y su amistad de niño raro con Milo, compañero de sanatorio; y rápidamente llega Jared Leto a ocupar ya de adulto al personaje de Morbius. Punto uno: por muy raro que parezca Morbius, no le llega en rareza ni a la suela del zapato a Jared Leto , a quien no hace mucho veíamos aviejado y fondón en 'La casa Gucci' y aquí se presenta agudo como una lezna y con tanto chocolate en los abdominales como para hacer una fiesta infantil. Punto dos: como héroe-villano de cómic presenta ciertos inconvenientes para calar en el corazón o los ojos de los amantes de superhéroes, pues, aunque tiene el atractivo de Leto, su conversión en el vampirizado Morbius es un poco de arcada, a lo Venom, digamos, pero hay que reconocer que técnicamente sorprende y está muy conseguida esa conversión, esas idas y vueltas del uno al otro.
Ficha completa
Como tiene el alma de la primera entrega y el propósito de las continuaciones, se deja ver más como pieza que como conjunto y pretende ser explicativa, intrigante y espectacular, cosa que consigue moderadamente y a ratos. La zona efectos especiales está bien servida, con fuerza, velocidad y las formas habituales de trucos que, sin grandes novedades, obtienen ese plus del interés visual, y Daniel Espinosa se esfuerza en explicar la intimidad del personaje y sus recelos sobre las bondades adquiridas, su relación con los cercanos, la doctora Bancroft, el compañero Milo o el casi padre doctor Nikols, y los diversos dúos y triángulos que se van formando entre ellos. Nada demasiado brillante ni demasiado profundo, por lo que hay que sospechar que tendremos Morbius para rato, y allí está, al final, para anunciarlo Michael Keaton.
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