Crítica de «Gentlemen. Los señores de la Mafia»: Guy Ritchie vuelve con estilo y gracia a su charca
Comedia, intriga, drama, violencia, verborrea, música…, da igual, el caso es que todo está ahí para resultar divertido, sorprendente, juguetón y cinematográfico
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Iniciar sesiónNo es solo que el director Guy Ritchie vuelva a esa charca embarrada del hampa de «Snatch: cerdos y diamantes» , es que lo hace con un equipaje lleno de recursos estilísticos, músculo narrativo, sorpresas visuales, ironía lingüística y gran cantidad de ... material de derribo ético.
Una historia entre delincuentes cuyo sorprendente modo de narrarse es ya, de por sí, un juego malabar: es el personaje que encarna un inenarrable Hugh Grant el encargado de narrarle los perfiles y contorsiones de la trama a Charlie Hunnam, que interpreta a la mano derecha del «capo» de la banda, Matthew McConaughey . Y puesto que el espectador asiste a un relato que le cuenta un tramposo a un criminal, y puesto que esas confidencias son una mezcla de aviso, chantaje y nudos corredizos, la trama transcurre entre giros, acelerones, mentiras, repliegues y readaptaciones caóticas de lo que se ha supuesto como verdad.
El intríngulis argumental entre bandas, negocios sucios, cruces de violencia y venganzas shakespearianas (lo de reclamar su libra de carne a lo Shylock es solo un toque entre un millar) tiene ritmo, gracia y malicia, pero no es su especia más sabrosa. Lo que realmente le da un condimento especial a esta película, además de lo dicho sobre el original bailoteo y deconstrucción narrativa, son la divertida edificación de sus personajes y la satírica recreación que hacen de ellos sus actores. A Hugh Grant en pleno disfrute de su verborrea y cinismo como un periodista ladino y zorruno; o a McConaughey entre lo elegante, cochambroso, sanguinario y sensiblero, o a un insuperable Colin Farrell en chándal tan bueno de palabra como rotundo e implacable de obra… Comedia, intriga, drama, violencia, verborrea, música…, da igual, el caso es que todo está ahí para resultar divertido, sorprendente, juguetón y cinematográfico. Y si alguien echa en falta algo memorable o sublime en la película, lo hará mucho después de habérselo pasado en grande con ella. O incluso nunca.
Crítica de «Gentlemen. Los señores de la Mafia»: Guy Ritchie vuelve con estilo y gracia a su charca
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