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ABC Cultural

«Regreso a Montauk» (***): Segunda oportunidad

Schlöndorff pone en escena el pesar de quien echa la vista atrás y ve lo que le falta a su vida

ANTONIO WEINRICHTER

El veteranísimo Schlöndorff ha hecho una película «de viejo», no porque nos parezca anticuada, sino porque pone en escena el pesar de quien echa la vista atrás y ve lo que le falta a su vida . Normalmente este tipo de aflicción ... se siente cuando ya es demasiado tarde, como parece sugerir el escritor Max Zorn en la primera imagen de la película: un largo plano sostenido que parece un acto de confesión íntima (y de tardía modernidad bergmaniana por parte del cineasta) pero que se revela como un trampantojo narrativo. Es también la única vez que sentimos simpatía por Zorn: esta es una de esas películas que parece que se nos van a contar en primera persona (de ahí la trampa de la primera escena) pero el protagonista empieza a perder puntos enseguida.

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