Crítica de Persecución al límite: A tope en la «autobahn»
«Toda la energía se les va, como es habitual, en las secuencias de acción; las escenas de transición cuentan tanto como las que había en el cine erótico entre cada dos "consentimientos"»
Otra de coches rápidos y furiosos y atracos imperfectos con mucha persecución posterior. Hace un siglo los futuristas celebraron alguna analogía esencial entre las máquinas automovilística y cinematográfica. Hoy el posible valor vanguardista del ruido y la velocidad hay que trabajárselo un poco más; ver esto es como estar atrapado en un gran atasco entre coches de horteras machacando con la música a tope. La única novedad, para que no digan que no nos fijamos, es que las carreras se suceden en el excelente sistema de autopistas alemán , pero no han tenido el detalle de poner algún tema de Kraftwerk…
Ficha completa
Collide
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Una segunda observación, pero esto no es nuevo: toda la energía se les va, como es habitual, en las secuencias de acción; las escenas de transición cuentan tanto como las que había en el cine erótico entre cada dos «consentimientos». Hay aquí un romance contado en plan video-clip que puede servir para lamentar la influencia de dicho formato en la narrativa. Y luego hay un gran encuentro entre los dos actores buenos de la función, Hopkins y Kingsley , ambos sobreactuando en piloto automático, en donde aparecen sentados y hablando, esas cosas que se hacen en las películas sin coches, aunque luego tienen que levantarse y salir a ganarse la paga haciendo de malotes con pistola. Todo más bien lamentable y, no sé si lo he dicho, muy ruidoso.
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