El día más feliz en la vida de Olli Maki (***): Torete Salvaje
Olli Maki pelea bien pero le falta instinto asesino: se parece más aquel toro manso de Disney que al toro salvaje de Scorsese
ANTONIO WEINRICHTER
El cine de boxeo tiene unas cuantas variantes, que casi podemos tararear de memoria: el joven humilde que se juega algo más que un título, el retrato de un mundo paralelo más o menos sórdido, el final donde triunfa la corrupción o el ... deporte… Lo bueno de esta historia basada en una figura real es que va pasando por todas esas etapas introduciendo un tono de disonancia respecto a la norma, lo que se traduce en un efecto más novedoso que desafinado , como diría Jobim.
Olli Maki pelea bien pero le falta instinto asesino: se parece más aquel toro manso de Disney que al toro salvaje de Scorsese. Le preocupa más, por ejemplo, estar cerca de su novia que dar el callo entrenando. Ella es un personaje muy bien dibujado con unos cuantos trazos, desde la estupenda secuencia inicial de la boda, casi bergmaniana, que evoca el principio de «Ella bailó un solo verano» (búsquenla). Me salen referencias suecas, pero esta es finlandesa… y consigue no parecerse a Kaurismaki. El único problema -pero es un problema mío, porque el boxeo me resbala- es que lo mejor viene al principio, antes de calzarse los guantes , y que en esa secuencia ya vemos todo lo que tenemos que saber del protagonista, que luego se limita a pasear su falta de nervio por el resto del metraje.
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