Crítica de «Las leyes de la termodinámica»: Inteligencia sin chispa
El filme de Mateo Gil, con un reparto de primera, se disfrutaria más si solo se esperase un drama romántico
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Iniciar sesiónDetrás de esta película se adivina la mano de un virtuoso al frente de una orquesta de primera. Mateo Gil, criado al lado de Amenábar , cuenta los reveses románticos de Manel (Vito Sanz empieza a poner de moda su naturalidad), profesor suplente obsesionado ... con explicar a través de la física hasta los azares de la vida, sobre todo los del amor. La ficción ha utilizado hasta convertirlo en tópico el Principio de Incertidumbre , pero el repaso a la asignatura de Gil es más exhaustivo y preciso, tanto que incluso se pasa de rosca.
La tesis es brillante, y su desarrollo, impecable, consecuente hasta el detalle. La única pega es que en pantalla el resultado se antoja demasiado cerebral. La película es como esos tipos que rebosan inteligencia y luego son incapaces de contar un chiste con gracia. O son un pedazo de pan sin morbo. Probablemente es un conflicto de expectativas. Aquí cabe plantearse: ¿por qué exigir a los genios que además sean graciosos? , ¿por qué pedir a la película que funcione como comedia? Podríamos disfrutarla más si solo esperamos un drama romántico. O termodinámico. Por una vez, y sin ánimo de ser petulante, puede que leer una crítica no del todo entusiasta puede ayudar a que el espectador mejore su valoración.
Motivos para celebrar estas leyes de la termodinámica sobran: Berta Vázquez es una estrella luminosa y Vicky Luengo podría pedir la Luna, a Irene Escolar solo cabe reprocharle que no aparezca más, Chino Darín lleva con honra el apellido , Pou es un grande...
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