Un golpe con estilo (**): Plato combinado con ingredientes de lujo
"Un golpe con estilo" combina el cine supuestamente social y los atracos teóricamente perfectos
FEDERICO MARÍN
Ver juntos a Michael Caine, Morgan Freeman y Alan Arkin vale el precio de la entrada. Con esta premisa ventajista, Zach Bragg (lo mejor de su currículum es la serie "Scrubbs" en televisión) se deja mecer por las convenciones de uno o dos ... géneros. Por este título es imposible saber si tiene personalidad o incluso si es un robot. En "Un golpe con estilo" combina el cine supuestamente social y los atracos teóricamente perfectos . Por supuesto, sus provectos ladrones distan de una ejecución idónea tanto como las tesis de la película del cine de Capra. Como esto es una comedia, todavía no saltan las alarmas. Castigados por las injusticias del sistema -no es necesario que aparezca Trump- los tres tenores deciden recuperar lo que es suyo por la vía más directa, cambiando la burocracia por las armas, aunque sean de fogueo.
El guión de Theodore Melfi , conocido sobre todo por "Figuras ocultas" , cuyo punto débil también era la falta de originalidad, acierta en algo tan importante como el desenlace. También tiene algún instante hilarante -Kenan Thompson se los zampa casi todos- pero su gran fallo, además del esquemático desarrollo, es el dibujo de personajes. Entre Melfi y Bragg descuidan la profundidad de sus protagonistas, no digamos del resto (de Matt Dillon y Cristopher Lloyd a leyendas como Anne-Margret, resucitada), confiados en el carisma de los intérpretes.
Por supuesto, semejante dejación es un error. Cabe matizar si impide disfrutar de una película de verdad brillante o si convierte el conjunto en un desastre insalvable.
Un golpe con estilo (**): Plato combinado con ingredientes de lujo
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