Crítica de 'Aline': Céline Dion en una película digna de Las Vegas

Es una de las curiosidades que se muestran en ‘Aline’, una película que está «libremente inspirada» en su vida. La protagonista, de hecho, se llama Aline Dieu y no Céline Dion, referencia nada oscura y a la vez coartada para el invento, de un tono ‘kitsch’ tan ingenuo y bienintencionado que se le perdona casi todo.

Lo más interesante de la cinta, a falta de la agitada existencia que suelen ofrecer las estrellas de la música, es la relación romántica de Aline con su agente. Es un hombre, acertado y cargado de humanidad Sylvain Marcel , enamorado primero de la deslumbrante voz de la chiquilla y después de la ‘caja’, con sus dientes de sierra y un rostro de los que no suelen dejar subir a los escenarios.

La película le debe todo a Valérie Lemercier, guionista, directora y actriz rendida al mito, que le valió un premio César. Su capacidad para desdoblarse en todas las edades del personaje, con algún efecto especial grotesco, es otro rasgo distintivo de esta película divertida y rebosante de amor y de música. La banda sonora, en la que también hay temas clásicos ajenos a Dion, está además bien acompasada con el guion, como en un musical. Vayan a verla solo si están de buenas o pretenden estarlo.