Crítica de 'Viaje al paraíso': Un viaje para ponerse la pulsera y disfrutar sin pensar

La gran baza de la película es el encuentro de dos supervivientes del viejo-nuevo Hollywood, dos de las pocas estrellas reales que nos sobreviven. Un George Clooney en modo Nespresso y la recuperación de Julia Roberts , ausente en la gran pantalla desde hace cuatro años, suponen el mayor atractivo de la cinta. A ninguno le han salido arrugas en el carisma.

En tiempos, Roberts y Clooney solían quedar para robar, como hicieron en un par de citas en la saga 'Ocean's). También han colaborado en 'Money Monster', 'Confesiones de una mente peligrosa' y 'Agosto'. Aquí rebajan el tono, en una historia tan previsible como la hora a la que se pone el sol. Sus personajes están infelizmente separados y tan desengañados del amor que deciden aliarse temporalmente para evitar que su hija se deje engatusar por Cupido y por un chaval encantador ( Maxime Bouttier ), que se dedica a la cría de algas marinas.

La chica, por su parte, es una joven y prometedora actriz, que ha sabido elegir títulos más que interesantes, como 'Superempollonas' y la serie 'Creedme' , pero que no resulta demasiado creíble como hija de Julia y George. Parece el típico error genético de casting, demasiado frecuente, como si a los dos mitos les hubieran dado el cambiazo en la maternidad.

El choque de culturas aliña un poco el soso y evidente arco narrativo que vivirá la pareja de padres separados. Ol Parker , que ya dirigió la secuela 'Mamma Mia! Una y otra vez' , completa aquí otra especie de 'remake' de un género al completo, pero a su plan le falta una banda sonora pegadiza o algo nuevo que decir.

A cambio, el espectador recibirá exactamente lo que le prometen por el precio de la entrada y podrá disfrutar de nuevo de dos astros que algún día echaremos de menos. Ambos han sabido envejecer y son profesionales enormes, de los que jamás tropiezan con los muebles ni llegan al rodaje sin los diálogos aprendidos.