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ABC Cultural

Crítica de «Uno para todos»: Mensaje de concordia en zona de guerra

Aunque la historia «suene», aquí está tratada con enorme frescor y naturalidad, y tiene la delicadeza de no subrayar las subtramas y dejarle al espectador el paladeo de intrigas secundarias en el aire. Absolutamente recomendable

David Verdaguer en «Uno para todos»
Oti Rodríguez Marchante

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Uno de los aspectos no siempre valorados en una película responde a la prosaica pregunta de ¿pero, esto, a quién le interesa?, y en el caso de « Uno para todos » la respuesta es aplastante: a los niños, a los que lo han sido, ... a los padres, a los que lo van a ser, a los educadores, a los alumnos, a los que tienen algo que perdonar, a los que tienen algo por lo que ser perdonados… En fin, que habría que utilizar rastreadores para encontrar a alguien al que, de un modo o de otro, no le toque esta historia en alguna de sus terminales nerviosas. El argumento se centra en un profesor interino que llega a un pequeño pueblo de Zaragoza, Caspe, para hacerse cargo en un colegio del Curso de Sexto de Primaria (para los que no estén en el ajo, chicos y chicas de 12 años con toda su cohetería por estrenar). Aunque el argumento se centra en él, se concentra en ellos y en sus circunstancias.

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