Crítica de 'Matrix Resurrections': Perdidos en el metaverso y en su reverso, la butaca
Lo mejor de esta resurrección es su tono de nostalgia romántica, bien aliñada por el carisma de la pareja y por ese amor más allá del tiempo y del espacio
El mundo se ha acercado mucho a Matrix en estas dos últimas décadas, y raro es el sujeto que no comparte algún que otro condominio en el metaverso y otros territorios virtuales. La directora (antes director) Lana Wachovski, y ya sin ... su hermana (antes hermano) Lilly, dirige esta resurrección de aquella trilogía sobre ese mundo complejo que solo se entendía como metáfora enrevesada del nuestro y que ejerció una influencia hipnótica en los espectadores de aquel lejanísimo siglo XX. Vuelve, o resucita Matrix, con su pareja estelar, Neo y Trinity, y con los actores de entonces, Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss , que veinte años después han adquirido una solera y un atractivo dignos de lo virtual.
Pero, qué hay de nuevo en 'Matrix', pues, no siendo ellos dos y no siendo tampoco un argumento inteligible (con un par de biodraminas, tal vez no prospere en arcada el mareo de los aquí y allá de la historia), la novedad habrá que encontrarla en el dispositivo tecnológico y en los efectos visuales que protagonizan el relato. Y también podría considerarse como novedad, aunque nuestros tiempos la impongan, la reinterpretación de conceptos como 'el elegido', del que había venido disfrutando Neo y ahora por cuestiones de, digamos, sexo, ya no queda tan claro el artículo y el género.
Ficha completa
'Matrix Resurrections'
Se han perdido en el metaverso la supuesta seriedad de Morfeo (aquel Laurence Fishburne que sentenciaba sin que se le entendiera) y del tal Smith, el villano trajeado paladín del multiverso, sea lo que sea, y que ahora parece un liberado sindical. Hay, naturalmente, mucha acción, mucha tensión, carreras, transportaciones y movimientos a lo bala parada, pero, francamente, si uno quiere hipnotizarse con ello mejor que saque la cadenita del reloj y la balancee.
Lo mejor de esta resurrección es su tono de nostalgia romántica, bien aliñada por el carisma de la pareja y por ese amor más allá del tiempo y del espacio; eso se explica y se entiende bien, y además son ellos, Neo y Trinity , quienes le procuran a las dos horas y media de duración un algo de efecto bala parada, además de la única y valiosa sorpresa de esta cuarta película. Como es natural, dentro de la historia hay mucha sensación de metáforas, simbolismos, caricaturas actuales, ideológicas y 'correctas', y habrá quienes las busquen y encuentren. Ya nos contarán.
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