Crítica de «Estafadoras de Wall Street»: La explotación sexual de ida y vuelta

Basada en una historia real: un grupo de bailarinas de «striptease» que se dedica a desplumar a los pobres e infelices millonarios de Wall Street

Escena de «Estafadoras de Wall Street»

07/11/2019
Actualizado a las 21:53h.

Un artículo publicado hace unos años en el New York Magazine es el sustento del relato de esta película sorprendente en varios aspectos. Se puede decir de ella, pues, lo que de casi todas últimamente: que está basada en un hecho real. El hecho se explica en el título, pues es un grupo de bailarinas de «striptease» que se dedicaban a desplumar a los pobres e infelices millonarios de Wall Street … La procedencia periodística de la historia se plasma en la película en forma de entrevista a una de las componentes de la banda y que cuenta sus «memorias» que el espectador ve con el habitual recurso del «flashback».

Algunos de esos aspectos sorprendentes a lo que se aludía: la intención de la directora, Lorene Scafaria, es dibujar o definir toda esa musculatura del feminismo, incluso haciéndolo con algunas representantes que hacen cosas muy, muy reprochables; y construir un territorio llano entre la causa y los efectos, como la explotación sexual, la crisis financiera, la cocaína, la falta comprensible de escrúpulos, «la pasta» y las joyas y los bolsos de marca…, un revoltijo que sube y baja como los cuerpos que se exhiben y bailan en la barra del Club. Y ahí precisamente hace su aparición Jennifer López, el evidente cuerpo de la función, en una escena potente, cárnica y resbaladiza.

El alma quizá le pertenezca a la actriz Constance Wu, la entrevistada. Como fábula moral es tan gelatinosa que embadurna y confunde ambos lados de lo ético, sin definir dónde termina lo legítimo y empieza lo mezquino y lo sórdido. Quizá no sirva para sacar más conclusión que la de que Jennifer López, además de las obvias, tiene cualidades de actriz hasta ahora insospechadas.