Crítica de 'Entre la vida y la muerte': Antonio de la Torre coloniza el cine en francés
Interesante muestra de cine negro, con protagonismo absoluto del actor español
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Iniciar sesiónAntonio de la Torre es el protagonista absoluto de esta película belga, escrita y dirigida por el chileno Giordano Gederlini . Si se descuidan al norte de los Pirineos, nuestro Antoñito es capaz de aparecer en la mitad de su producción rodada ... en francés en los próximos años y dejar sin premios César a una generación de actores.
El malagueño, omnipresente a lo largo del metraje –poquito más de hora y media–, da vida a un enigmático conductor de metro que asiste al traumático suicidio de un joven en su turno de trabajo. No es por presumir, pero si leen otras críticas a estas alturas del texto ya sabrán demasiado. La propia sinopsis oficial de la película destripa un detalle crucial antes de tiempo.
El oficio del protagonista, por otro lado, no es el más sugerente del mundo, con perdón para los maquinistas, pero las tres primeras escenas ya buscan y encuentran el impacto, sin dejar entrever todavía que estamos abocados a una muestra de cine negro . El espectador, de hecho, va siempre dos pasos por detrás de los personajes. El género de la cinta va mutando y haciéndose cada vez más interesante. Cuando la acción predomina sobre la voluntad de estilo, la cosa también mejora.
Ficha completa
'Entre la vida y la muerte'
Lo mejor de todo es que nunca es fácil adivinar por dónde irán los tiros. Como en cualquier historia de Vince Gilligan , es casi imposible prever qué ocurrirá a continuación. Mantener esa tensión todo el tiempo es muy difícil. De ahí los baches y algún descenso en la cotización de la credibilidad, pero lo imprevisible del relato, con un protagonista tan solvente en cualquier género, hace que la historia sea atractiva.
Apenas hay un plano sin Antonio de la Torre, pese a lo cual tienen tiempo de brillar la francesa Marine Vacth y el belga Olivier Gourmet . La relación entre ambos también tiene su miga, pero este detalle también es mejor que el público lo descubra a su debido momento.
Giordano Gederlini no termina de lograr una película redonda. Brilla más en el detalle que en el cuadro general. Se nota que ama el género y que aporta sus propias ideas, no siempre con la claridad de pensamiento necesaria. Tiene también hallazgos ingeniosos, como el truco del Metro. En cualquier caso, es mejor acercarse a este título de buenas, como a casi todo en la vida, porque los que vayan 'a pillar' saldrán más insatisfechos. Cuestión de actitud.
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